Un tribunal francés absuelve a Continental del accidente del Concorde
La aerolínea estadounidense fue condenada en primera instancia por la tragedia de 2000 en la que murieron 113 personas
Un tribunal francés de segunda instancia ha absuelto este jueves a la empresa Continental Airlines de cualquier responsabilidad en el accidente de un avión Concorde que causó la muerte de 113 personas en París en 2000 y ha absuelto del cargo de homicidio involuntario a un mecánico de la aerolínea norteamericana.
La decisión se toma dos años después de que Continental fuera condenada en un primer momento a pagar una multa de 200.000 euros y a indemnizar a la empresa operadora de Concorde, Air France, con un millón de euros por daños y perjuicios. Continental recurrió el veredicto, por considerarlo "injusto y absurdo".
Un tribunal de primera instancia había determinado que el accidente -que significó el fin de este tipo de vuelos supersónicos- se había debido a una pequeña pieza de metal de un avión de Continental que había caído en la pista justo antes del despegue del Concorde.
El Concorde de Air France se incendió al despegar del aeropuerto Charles de Gaulle y se estrelló en los edificios cercanos, matando a 109 personas a bordo y cuatro trabajadores de hoteles. La mayoría de los pasajeros eran turistas alemanes que se dirigían a Nueva York para participar en un crucero por el Caribe.
En 2010, un tribunal francés decidió que el accidente había sido provocado por una banda de titanio que se había caído de un avión de Continental. La aerolínea estadounidense fue condenada a pagar a 200.000 euros de multa y a pagar un millón de euros por daños y perjuicios a Air France. Pero el fallo de hoy ha revocado esa decisión y ha eximido a Continental de responsabilidad.
Continental argumentó que el Concorde se incendió antes de que tocara la banda metálica, y aseguró que fueron utilizados como chivo expiatorio para proteger a la industria aérea de Francia.
El accidente significó la defunción de este modelo supersónico, el Concorde, que, de fabricación franco-británica, debutó en 1969. La subida del combustible lo convirtió pronto en mal negocio y estaba ya cuestionado. El último Concorde voló en 2003.
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