El voto tiene un carácter simbólico
Los expertos discrepan sobre las consecuencias del ingreso de Palestina como observador en la ONU
Para algunos expertos el segundo asalto de Autoridad Palestina a la ONU para lograr su reconocimiento como Estado es una cuestión meramente simbólica, aunque otros consideran que el resultado del ingreso como Estado observador puede abrir la puerta a una investigación sobre supuestas violaciones del derecho internacional realizadas en la franja de Gaza y en Cisjordania.
Mahmud Abbas, líder de la Autoridad Palestina, sabe que en este intento ganar el apoyo de la Asamblea es más sencillo pero también que el premio es menor, ya que solo será reconocido como observador. Para Guglielmo Verdirame, profesor de derecho internacional en el King's College de Londres, la posición sería ambigua. “Este reconocimiento podría allanar su petición para que la Corte Penal Internacional investigue lo que ocurre en los territorios ocupados. El problema reside en la definición del término Estado en el estatuto de la Corte. De momento, está claro que Palestina no lo es. Sin embargo, si el voto de la Asamblea tuviera que respaldar su petición, Palestina podría encontrarse en una especie de limbo: aún no completamente Estado, pero lo suficiente para la Corte Penal Internacional”.
Otra cuestión espinosa es la de las fronteras. Algunos expertos apuntan a que lo más probable sea el reconocimiento de las demarcaciones fijadas en 1967, pero no se descarta que la ONU remita la decisión a las partes interesadas.
Las ventajas serían sobre todo políticas y mediáticas, pero poca cosa más” José Luis Gordillo, catedrático de filosofía del derecho en la UB
Sari Bashi, directora de la organización israelí Gisha para la defensa de los derechos de los palestinos, es más escéptica. “Es poco probable que los grupos armados de Gaza sean reconocidos como actores no estatales en el futuro cercano. Una mejora en su posición en la ONU podría reflejar el reconocimiento por parte de otros países, pero seguiría teniendo un problema con el cumplimiento de los criterios objetivos para adquirir la condición de Estado”. Uno de los principales obstáculos reside en el control del territorio. La Autoridad Palestina actualmente administra solo algunas zonas de Cisjordania, al mismo tiempo que reclama áreas bajo el mando israelí y la franja de Gaza, gobernada por Hamás.
El profesor Abraham Bell de la Universidad de San Diego sostiene que Abbas tiene “la intención de usar el voto de la Asamblea General para reivindicar que es un Estado para poder entrar en otras entidades como la Organización Internacional de la Aviación Civil y fomentar enfrentamientos con Israel, dificultando así las negociaciones de paz”. José Luis Gordillo, catedrático de filosofía del derecho en la Universidad de Barcelona, se limita a reconocer el valor “altamente simbólico” de la operación. “Las ventajas serían sobre todo políticas y mediáticas, pero poca cosa más. Hace tiempo que la solución de los dos Estados se ha hecho materialmente imposible por la decisión de Israel de anexionarse Cisjordania y crear una situación insostenible en Gaza que empuje a su población a un nuevo exilio”.
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