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Una marcha por la paz moviliza en Lima a estudiantes contra el terrorismo

La universidad peruana de San Marcos lidera una iniciativa que convocó a unas 2.500 personas

Universitarios peruanos se manifiestan en Lima contra el terrorismo.
Universitarios peruanos se manifiestan en Lima contra el terrorismo. Paolo Aguilar (EFE)

La última movilización masiva -de unas 60.000 personas- contra el terrorismo en Perú ocurrió hace 23 años, cuando el grupo terrorista Sendero Luminoso convocó a un paro en vísperas de las elecciones municipales. Este martes se ha celebrado en Lima una marcha por la paz, en rechazo a la actividad política del Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), organización-fachada de los seguidores de Abimael Guzmán, fundador de la agrupación maoísta-leninista. La frase más repetida en los carteles de la manifestación fue “Terrorismo nunca más”.

La Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha sido la promotora de la movilización, pero es también una de las instituciones donde actúa Movadef: la dirigencia gremial a cargo del comedor y la residencia de estudiantes pertenece a ese grupo. Además, unos 100 activistas reclutan nuevos miembros en la universidad y hacen propaganda continuamente.

Los fundadores son los exabogados de Guzmán, Manuel Fajardo y Alfredo Crespo, quienes estuvieron en prisión por terrorismo y abogan por la amnistía del fundador de Sendero, especialmente fuera de Perú. En Lima, los portavoces más visibles de esta organización son los llamados “jóvenes del Movadef”, activos también en otras universidades públicas.

La organización tiene 69 bases –o pequeños comités de apoyo- en otros departamentos del país y para solicitar su inscripción legal logró reunir más de 300.000 firmas de apoyo. En los últimos cinco años han conseguido dividir al sindicato de maestros y también han logrado infiltrarse en otras protestas sociales, en particular en el departamento de Puno, frontera con Bolivia. Esto sorprende a los analistas y fuerzas políticas, por la herencia violenta de Sendero Luminoso.

Profesores y líderes políticos rechazan el organismo de fachada de una facción de Sendero Luminoso

Desde que en enero de este año el Jurado Nacional de Elecciones negó al Movadef el permiso para inscribirse como organización política, no ha habido ninguna acción para hacerle frente, ya sea por parte del Gobierno o de los partidos, excepto un par de proyectos del ley del Ejecutivo sobre el delito de negacionismo y para hacer seguimiento a exreclusos por terrorismo después de cumplir su condena. Por ello, la manifestación promovida por la Universidad San Marcos ha recibido el apoyo del Gobierno y de otras organizaciones como Perú Posible, el Apra y el Partido Popular Cristiano, y, también, de la Asamblea Nacional de Rectores.

Una encuesta nacional de Datum difundida a inicios de este mes señalaba que el 53% cree que el terrorismo se ha incrementado durante el Gobierno de Ollanta Humala y un 41% opina que el Ejecutivo no ha realizado acciones para combatir a los subversivos, en tanto que un 49% cree que Sendero Luminoso tiene fuerte presencia en las universidades del país.

La facción de Sendero Luminoso en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE, sierra-selva sur) secuestró a trabajadores del complejo de gas de Camisea en abril; ha cometido asesinatos y emboscadas contra militares y policías en la misma zona durante todo el año; en junio retuvo a empleados e hizo pintadas en helicópteros operados por contratistas de Camisea; y en octubre hizo estallar tres helicópteros usados para el mantenimiento de dichas instalaciones de gas.

Sin embargo, Movadef y la facción de Sendero Luminoso, que permanece desde 1992 en un reducto de la sierra sur -y se desplaza con facilidad hacia la ceja de selva-, no comparten objetivos. Según el periodista Gustavo Gorriti, que cubre noticias sobre el grupo terrorista desde hace 30 años, ambos bandos están separados desde 1992, después de la captura del fundador de Sendero Luminoso. Los seguidores de Guzmán llaman mercenarios del narcotráfico al grupo del VRAE, y estos a su vez acusan al Movadef de una “confabulación contrarevolucionaria y anticomunista” en la que participó durante el Gobierno de Alberto Fujimori, por las conversaciones que mantuvo con el exasesor presidencial Vladimiro Montesinos para reconocer la rendición de Sendero Luminoso.

La marcha del martes ha sido la primera acción política de varios frentes de la sociedad capitalina. Sin embargo, no fue todo lo multitudinaria que se habría esperado: asistieron de 2.500 a 3.000 personas y pocos líderes políticos de alto perfil se sumaron a la movilización.

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