Egipto y Estados Unidos intentan forjar una tregua en Gaza
Hamás aseguraba que el alto el fuego entraría en vigor la noche del martes al miércoles, aunque Israel y Egipto sostienen que aún no hay acuerdo
Las toneladas de presión diplomática que en las últimas horas han cercado a palestinos e israelíes para que alcancen un alto el fuego consiguieron aproximar las posiciones de las partes, hasta el punto de trascender la inminencia de una tregua. Hamás, el movimiento islamista que gobierna en Gaza, se apresuró a declarar a la agencia Reuters que las facciones palestinas habían alcanzado un acuerdo con Israel de alto el fuego, gracias a la mediación egipcia. La Yihad Islámica también confirmó el pacto que ni Israel ni Egipto daban durante la pasada por concluido. El martes, sobre el terreno, la supuesta inminencia de un alto el fuego no se dejó sentir. La jornada fue especialmente sangrienta en Gaza y en el sur de Israel, donde un civil y un soldado murieron.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se reunió este martes en Jerusalén con los dirigentes israelíes tras su paso por El Cairo. “Una mayor escalada sería peligrosa y desastrosa para toda la región”, dijo Ban Ki-moon tras reunirse con Benjamín Netanyahu. Su visita precedía a otra de la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, quien a su llegada manifestó que trabajaría para alcanzar “en los próximos días” un acuerdo de paz duradero que “refuerce la seguridad de Israel y mejore las condiciones de vida de la población de Gaza”. Todo parecía poco con tal de poner fin a siete días de extrema violencia, que amenazan con dinamitar los frágiles equilibrios regionales.
Mientras, el Ejército israelí bombardeó por séptimo día consecutivo la Franja de Gaza y mató a 21 personas, según los datos de la agencia palestina de noticias Maan. Los cohetes palestinos castigaron el sur de Israel, pero también el centro del país. Uno de ellos impactó en la ciudad de Rishon Letzion y otros dos dispararon de nuevo las sirenas de alarma en Jerusalén. Los proyectiles aterrizaron en la Cisjordania ocupada, cerca de Jerusalén, según publicaron los medios locales. Dos israelíes –un soldado y un civil- murieron por el impacto de los proyectiles palestinos en el sur del país.
En total palestinos 134 -más de la mitad civiles y hasta 34 niños- , y cinco israelíes –cuatro de ellos soldados-, han muerto en unas hostilidades que han dejado además casi un millar de heridos, la inmensa mayoría habitantes de Gaza. En Cisjordania, la ofensiva israelí ha desatado protestas entre los palestinos, que han terminado con la muerte de dos manifestantes por disparos del Ejército.
Jaled Meshal, líder del movimiento islamista Hamás en el exilio, había indicado el lunes en El Cairo que para dar el visto bueno a un alto el fuego, los palestinos exigían el fin de las hostilidades israelíes y el levantamiento del embargo que asfixia al 1,7 millones de habitantes de Gaza desde hace más de cinco años. Fuentes israelíes conocedoras de las negociaciones que se han llevado a cabo en los últimos días en la capital egipcia, explican que la mayor preocupación israelí es el mantenimiento de la tregua. Es decir, hasta qué punto, Egipto como mediador sería capaz de garantizar un acuerdo duradero de alto el fuego.
El acuerdo tendría dos fases, según publicó el diario Yedioth Ahronoth. Una primera, cuyo único contenido sería el fin de los ataques por parte del Ejército israelí. Superada al fase inicial, un segundo periodo incluiría demandas de ambas partes como el fin de los asesinatos selectivos o el alivio del embargo como piden los palestinos, y algún tipo de mecanismo para impedir la entrada de armas a la Franja, como exigen los israelíes.
Las negociaciones de El Cairo han servido además de muestra a pequeña escala de la recolocación de los actores regionales en al nueva etapa inaugurada con las primaveras egipcias. Para empezar, Israel se ha visto obligado a negociar en Egipto no sólo con sus interlocutores tradicionales del espionaje en El Cairo. Ahora cualquier paso tiene que contar con el visto bueno del presidente islamista, Mohamed Morsi. Antes, la complicidad entre los militares, el espionaje y Hosni Mubarak era total. Ahora ya no.
En El Cairo han quedado además en evidencia las rivalidades y alianzas de los países que pugnan por liderar la diplomacia de la región. Al carro de las negociaciones se sumó Turquía. Más tarde se sumó Catar, el pequeño emirato con grandes aspiraciones diplomáticas, con una nueva propuesta, algo que no acabó de gustar a los egipcios. Mientras y bajo las bombas, ministros varios de países árabes han desfilado por la franja de Franja en los últimos días, rompiendo definitivamente el ostracismo político de Hamás, lo que plantea nuevos quebraderos de cabeza para Israel.
La Unión Europea también instó el lunes a los dos protagonistas del conflicto en Gaza, el Gobierno de Israel y los palestinos de Hamás, a detener con carácter inmediato las hostilidades y reducirlas con urgencia hasta llegar a su cese con el fin de evitar víctimas civiles a ambas partes. La petición la plantearon los ministros de Exteriores de los Veintisiete como necesaria en el actual un contexto de inestabilidad en la región, informa Ricardo Martínez de Rituerto desde Bruselas.
Los europeos asisten con impotencia al pulso militar israelo-palestino y, como es de rigor, expresan su “grave preocupación por la situación en Gaza y en Israel”. La UE “condena con dureza los ataques con cohetes sobre Israel desde Gaza, que Hamás y otros grupos armados deben detener de inmediato”. A Israel se le reconoce el derecho a proteger a su población civil, pero “al hacerlo debe actuar con proporcionalidad y garantizar la protección de civiles”.
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