La UE se abre a Cuba
Los Veintisiete proponen establecer una acuerdo de cooperación con La Habana vista de la “evolución positiva” en la isla
La Unión Europea cambió súbitamente el tenor de su relación con Cuba al acordar iniciar los trámites para la negociación de un acuerdo de cooperación con el régimen castrista, lo que supone un principio de normalización de relaciones entre los actuales Veintisiete y La Habana. Fue la España de José María Aznar la que instó en 1996 a la Unión a imponer a Cuba una posición común unánimemente interpretada como una relación de castigo. Ahora, aludiendo a una evolución positiva en la isla sobre la que “no es cuestión de entrar en detalles”, según Madrid, el Gobierno español avala una apertura en la relación, que si llega a buen puerto será a finales de 2014, según fuentes diplomáticas.
Desde aquel 1996 hasta hoy, pasando por el endurecimiento de la relación en 2003 con medidas complementarias en respuesta a la llamada primavera negra y sus detenciones masivas, la UE ha mantenido una firmeza ante Cuba que ayer se volatilizó inesperadamente. “Con el paso del tiempo ha habido una evolución positiva en Cuba”, señalaba Gonzalo de Benito, secretario de Estado para Asuntos Exteriores, para justificar el cambio. Interrogado por el significado de “evolución positiva”, respondió: “No es cuestión de entrar en detalles”.
La ambigüedad de la verborreica presentación de la medida, que habla de que la Comisión Europea va a analizar cómo examinar una directrices de negociación para revisar la relaciones con La Habana permite pensar que hay algo más de lo que España presenta “como un paso adelante; la relación con Cuba se refuerza”.
La suerte de Ángel Carromero, el dirigente de Nuevas Generaciones condenado a cuatro años de cárcel por homicidio imprudente, salta a primer plano. “No tiene nada que ver. El caso del señor Carromero es un caso consular, como hay otros en otros países”, manifestó De Benito para desviar la atención.
En la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, habló en dos ocasiones con su colega cubano, Bruno Rodríguez. La primera el jueves por la noche para instarle a la rápida liberación y entrega a España de Carromero, y otra, el sábado, en la que se aventura que ambos hablaron de lo ocurrido este lunes en Bruselas.
La diplomacia española asegura que pese a la flexibilización diplomática de ahora, la posición común sigue vigente y que mientras dure la negociación para el acuerdo de cooperación se seguirá reclamando libertades y mejoras económicas a La Habana.
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