Rusia refuerza el control sobre las relaciones con entidades extranjeras

La Duma Estatal de Rusia (cámara baja del parlamento) aprobó el martes en segunda y tercera lectura simultáneamente un proyecto de ley preparado por el Servicio Federal de Seguridad (FSB), que ha de permitir a este organismo controlar mejor las relaciones de los rusos con entidades extranjeras, tanto organizaciones como empresas. El proyecto de ley fue presentado al parlamento en 2008 por el Gobierno de Vladímir Putin y, tras permanecer congelado durante la presidencia de Dmitri Medvédev, ha sido reactivado tras el retorno de Putin a la presidencia del Estado. El documento equipara al delito de traición a la patria (castigado con penas de 12 a 20 años de prisión) la ayuda (financiera, material, técnica, de asesoramiento o cualquier otra) prestada a Estados, organizaciones y empresas extranjeras, cuyas “actividades vayan dirigidas contra la seguridad de la Federación Rusa”.

De acuerdo con la ley aprobada, las penas de 12 a 20 años pueden ser impuestas a quienes participen-- incluso sin saberlo-- en la ayuda a entidades supuestamente hostiles a Rusia. Pese a las objeciones de quienes exigían precisar que, para ser punible, la participación en los delitos debía ser “intencionada”, Rusia Unida, el partido mayoritario en la Duma, prefirió mantener una ambigüedad que en última instancia puede permitir a los órganos de seguridad actuar contra cualquiera que, sin saberlo, participe en la transmisión de información confidencial, profesional o de servicio a extranjeros supuestamente hostiles. Los legisladores no han aclarado tampoco el procedimiento y criterios para determinar las entidades cuyas “actividades vayan dirigidas contra la seguridad de la Federación Rusa”.

En la Duma, la ley fue aprobada por 375 votos a favor y dos en contra y para entrar en vigor necesita la aprobación del Consejo de la Federación (cámara alta) y la firma del presidente. En la cámara baja no hubo debate, pero sí una explicación de la negativa a votarla por parte del partido Rusia Justa. En nombre de este partido socialdemócrata, el diputado Dmitri Gorobtsov, manifestó que la ley puede ser objeto de “una interpretación arbitraria” y que refleja una contradicción entre los intereses de los órganos de seguridad y la defensa de los derechos humanos. El diputado dijo también que la ambigüedad del documento propiciará la ingerencia de los órganos de seguridad en la política.

Por otra parte, el abogado Alexéi Navalni, el escritor Dmitry Bykov y el campeón de ajedrez Gary Kaspárov, por este orden, fueron las figuras más votadas en las elecciones, organizadas principalmente por Internet, para formar el Comité Coordinador (CC), que aspira a estructurar a las fuerzas de oposición a la política del presidente Vladímir Putin.

Las elecciones, que tuvieron también sus “colegios electorales” distribuidos por 36 provincias rusas, se celebraron el pasado fin de semana y se prolongaron durante el lunes debido a los ciberataques sufridos por la página especial para las votaciones.

En total hubo 81.801 votantes que eligieron a 30 personas en una lista de 209 candidatos. El CC tendrá un total de 45 puestos, de los cuales 15 son delegados de las tres tendencias en él representadas —liberales, izquierdistas y nacionalistas—a razón de cinco por tendencia.

Navalni, un bloggero conocido por sus iniciativas de lucha contra la corrupción, se situó en el primer puesto con 43.723 votos; Bykov, autor de mordaces versos, obtuvo 38.520 votos y Kaspárov, ex campeón del mundo de ajedrez, logró 33.849. En cuarta y quinta posición respectivamente, quedaron la presentadora televisiva Ksenia Sobchak (32.529 votos) y el líder del grupo Solidaridad Iliá Yashin (32.478 votos). El CC espera reunirse en primera sesión de trabajo el próximo sábado. Entre las prioridades de sus integrantes están la ayuda a los activistas encarcelados, la elaboración de enmiendas a la legislación rusa y los preparativos para futuros comicios.

La elección del CC ha culminado un proceso sin precedentes de varias semanas durante las cuales el canal televisivo privado “Dozhd” (Lluvia) organizó debates entre los candidatos. Noche tras noche, figuras conocidas de la oposición polemizaron con otras inéditas en el panorama político ruso.Para las elecciones se registraron casi 170.000 electores (169.866), una cifra que tiene un carácter simbólico en un país de 142 millones de habitantes. El experimento, ignorado o minimizado por los partidos establecidos, ha supuesto un ejercicio de disciplina organizativa y un intento de dar a conocer nuevos rostros, biografías y programas.