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Los principales grandes almacenes holandeses ya venden el velo islámico

Holanda prohibió en 2011 el uso del burka en público, y en 2008 el niqab en escuelas y centros oficiales La población de credo musulmán suma cerca de un 5% de los 16,7 millones de habitantes

Isabel Ferrer

La cadena holandesa de almacenes HEMA, la más famosa del país, ha decidido vender velos islámicos entre los accesorios de ropa femenina. Se trata de dos modelos, uno tradicional, sujeto con prendedores, y otro fabricado con tela elástica. Ambos dejan el rostro al descubierto y la firma, fundada en 1926 en Ámsterdam, cree que atraerá a sus clientas por la sencillez y buen precio de los diseños: valen 9,95 y 13,50 euros, respectivamente. En Holanda, las empleadas pueden llevar velo, pero no así en Bélgica (también hay tiendas en Alemania y Luxemburgo). En la ciudad flamenca de Genk, junto a la frontera holandesa, una dependienta fue despedida en 2011 por negarse a servir al público sin velo. Cuando fue relegada al almacén y se quejó, su contrato no fue renovado.

Cerca de un 5% de la población (de 16,7 millones de habitantes) profesa el credo musulmán en Holanda. En su mayoría de origen turco (2,2%) y marroquí (1,9%), portan todo tipo de vestimenta, aunque los velos son frecuentes. Se da la circunstancia de que en 2011, el entonces Gobierno de centro-derecha prohibió el uso en público del velo integral. Aunque los cálculos oficiales cifraban en unas 150 las mujeres que lo llevaban siempre, la medida se justificó porque chocaba contra el principio de igualdad de hombres y mujeres. También porque “el Islam no lo obliga, sino que deriva de tradiciones y costumbres”, según el legislador. En 2008, otro Gabinete, esta vez de centro izquierda, ya había prohibido el burka en escuelas y centros oficiales. La medida incluyó el niqab, velo que deja libres los ojos, si la usuaria pretendía trabajar en la administración del Estado. O bien en escuelas.

Los almacenes HEMA no han querido entrar en discusiones políticas y han derivado la venta de velos hacia el servicio al cliente. “Nuestra filosofía es alegrar las compras y facilitar las cosas, y los velos responden a dicho criterio”, han dicho sus portavoces. “En Holanda, las vendedoras sí pueden llevar velo. Aquí no hay discusiones”, han añadido. En Genk, el despido de la trabajadora provocó el año pasado manifestaciones de apoyo recogidas por Amnistía Internacional.

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