Una ONG pone en duda una supuesta masacre de indígenas en Venezuela

La denuncia de una matanza de decenas de indígenas yanomami en el Amazonas venezolano está ahora en entredicho. Varias organizaciones de derechos humanos de Venezuela, y la ONG internacional Survival, que defiende los derechos de los pueblos indígenas, lanzaron la alarma el 30 de agosto. Se basaban en el testimonio de tres personas que aseguraban que, el 5 de julio, a las cuatro de la tarde, un helicóptero disparó sobre una choza circular en la que vivían 80 indígenas yanomami de la comunidad Irotatheri. Atribuían el ataque a mineros de oro ilegales brasileños. En ese momento, ni las autoridades venezolanas ni las propias organizaciones que lo denunciaron habían logrado llegar al lugar para verificar lo ocurrido.

Hoy, a través de un comunicado, la ONG internacional asegura que, tras haber “recibido testimonios de fuentes confidenciales, Survival no cree que hubiera un ataque de mineros en la comunidad de yanomami de Irotatheri”. La explicación que aporta en ese comunicado es que “los yanomami de la zona, donde trabajan numerosos mineros ilegales de oro, habían tenido noticia de una matanza en julio, y eso se denunció, por algunos, como si hubiera ocurrido en esta comunidad. No sabemos si estos relatos se desencadenaron por un incidente violento, que es la explicación más probable, pero la tensión continúa en la zona”. Una portavoz de Survival en Londres puntualiza que la organización “ha trabajado para corroborar las denuncias. Tenemos nuestras propias fuentes aunque no libertad para darlas a conocer. Al analizar la información que hemos recibido en los últimos días, nos a llevado a las conclusiones que hemos hecho públicas. Pero creemos que un incidente violento de algún tipo es la explicación más probable de las denuncias iniciales”, para comentar después que, dado el tiempo que llevan trabajando con esta comunidad, “no había razón para dudar de su testimonio”.

Survival había denunciado a Venezuela por la supuesta matanza, y sigue siendo crítica con el Gobierno de Hugo Chávez, que negó las acusaciones desde el principio e informó de que no había pruebas de matanza alguna. De hecho, el Ejecutivo venezolano decidió trasladar el lunes a un grupo de periodistas a la zona para que verificaran la información sobre el terreno. Allí, en la Sierra de Parima, el jefe de la comunidad Irotatheri, Massupi, declaró a Reuters: “No mató nada”(sic). “Acá estamos fino [bien]”, señaló a través de un intérprete. La comunidad Irotatheri está compuesta por unas 50 personas, la mayoría de ellos niños. Hay por lo menos 30.000 indígenas yanomami en comunidades situadas en la frontera entre Venezuela y Brasil. La zona, que tiene importantes yacimientos de oro, hay repartidas minas ilegales, hecho que han denunciado tanto los líderes indígenas como diversas ONG.

Con todo, Survival destaca en su comunicado que la “reacción del Gobierno de Venezuela sigue siendo vergonzosa. No ha dicho, ni siquiera ahora, que sacará de la zona a los mineros, y negó inmediatamente haber encontrado pruebas de las matanzas in cluso antes de haber concluido su propia investigación”, y asegura que el Gobierno de Chávez “debería seguir investigando el incidente y, de forma más importante, debe desalojar a quienes invaden el territorio yanomami y el de otros indígenas en el país”.