Los vecinos de Siria piden a la ONU que detenga la crisis humanitaria
La ausencia de EE UU, Rusia y China pone de manifiesto una vez más la incapacidad del organismo para poner fin a la situación en Siria
Los países vecinos de Siria, capitaneados por Turquía y desbordados ante la elevada afluencia de refugiados que llegan a sus fronteras, pidieron este jueves al Consejo de Seguridad de la ONU que ponga fin a sus divisiones, que deje atrás la parálisis en la que está sumido y actúe para frenar el conflicto sirio y paliar la crisis humanitaria.
El máximo órgano de seguridad escuchó ayer los problemas que sufren Turquía, Líbano, Jordania e Irak para acoger a los más de 184.000 refugiados que, según la ONU, han abandonado Siria desde el principio del conflicto en marzo de 2011. Todos ellos participaron junto a los miembros del Consejo en una cumbre ministerial presidida por Francia y centrada en la dimensión humanitaria de la crisis, en la que estuvo el nuevo enviado especial para Siria, Lajdar Brahimi.
Los deseos de los vecinos de Siria se enfrentaron, sin embargo, a la cruda realidad. Los representantes de Estados Unidos, China y Rusia —tres de los cinco miembros permanentes del Consejo con derecho a veto— decidieron no acudir a la reunión, mandando así un mensaje claro de que la crisis siria no es una prioridad para ellos.
El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, fue quien tuvo las palabras más duras hacia el Consejo de Seguridad. El jefe de la diplomacia turca lamentó la “ausencia de acciones y determinación para poner fin a la brutalidad y el baño de sangre en Siria”, y mostró su malestar ante el hecho de que no haya salido “ni un comunicado ni una resolución” de la reunión de ayer.
“Me animó que la dimensión humanitaria [de la crisis] llegara a la agenda del Consejo y esperaba que actuaría finalmente con una única voz, dando pasos necesarios desde hace tiempo. Aparentemente estaba equivocado”, dijo Davutoglu, que se mostró “consternado” ante la ausencia de ministros de varios países, como EE UU, Rusia o China.
Sí estuvieron presentes los ministros de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, y Reino Unido, William Hague, que anunciaron por separado un incremento de la ayuda humanitaria para los sirios. Francia aportará cinco millones de euros más —que se suman a los 15 millones ya entregados— para hacer frente a la crisis humanitaria. Fabius anunció que destinará estos fondos a las zonas "liberadas" por los rebeldes, y confió en que estas puedan convertirse en un refugio para los desplazados, lo que evitaría que tengan que cruzar la frontera. Hague afirmó, por su parte, que Reino Unido añadirá 4 millones de euros a los 38 ya desbloqueados para Siria.
Todos ellos reconocieron la labor de los países vecinos que albergan a los refugiados sirios que son más de 46.000 en Jordania, 80.000 en Turquía, 42.000 en el Líbano y 16.000 en Irak, según los últimos datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, quien también participó en la cumbre.
Davutoglu lamentó que el Consejo sea “incapaz de nuevo de presentar una propuesta unida para detener la tragedia humanitaria”, y se preguntó “cuánto va a esperar la ONU” para actuar antes de que [el presidente sirio] Bachar al Asad borre del mapa “a una generación completa de sirios.”
Ante la falta de acción del Consejo, el ministro turco pidió la creación de corredores humanitarios para proteger a los desplazados sirios y la construcción “sin demora” de campamentos para los refugiados dentro de Siria para frenar el flujo de personas que cruzan las fronteras. Exigió, además, una “respuesta unificada” del Consejo para detener “los bombardeos aéreos indiscriminados sobre zonas residenciales, que conduce a los ciudadanos a abandonar sus hogares.”
El establecimiento de corredores humanitarios no parece estar a la orden del día para la ONU. Hague ha asegurado que esta posibilidad implica "serias dificultades". “Tenemos que tener claro que algo como una zona de seguridad requiere una intervención militar y esto, por supuesto, es algo que se debe sopesar con mucho cuidado”, declaró, antes de añadir que no descarta ninguna opción para paliar la crisis humanitaria. Fabius compartió las palabras de su homólogo británico.
El ministro de Exteriores jordano, Naser Yudeh, también reconoció problemas para albergar a los refugiados. “Jordania es el vecino más cercano a Siria y nos afecta esta tragedia. Pedimos al Consejo medidas para frenar la crisis humanitaria”, afirmó.
Las quejas de Turquía y los otros países se produjeron mientras el Consejo de Seguridad sigue dividido después de que Rusia y China hayan vetado en tres ocasiones propuestas occidentales respaldadas por los países árabes para sancionar a El Asad.
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