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Tayikistán intenta ejercer su autoridad militar en el Pamir

Las tensiones en la remota región, encajonado entre Afganistán, China y Kirguizistán, se recrudecen tras los enfrentamientos de esta semana

Pilar Bonet

En la remota región del Pamir, en Tayikistán, se mantienen las tensiones entre la atemorizada población local y los efectivos militares y policiales enviados por el Gobierno, oficialmente para detener a los asesinos del general responsable de seguridad local. Las noticias procedentes de aquel mal comunicado territorio montañoso, encajonado entre Afganistán, China y Kirguizistán, son difíciles de verificar y fragmentarias. A juzgar por los testimonios disponibles, la incursión masiva organizada por la administración del presidente Emomalí Rajmón, ha sido desproporcionada en relación al fin declarado y podría tener consecuencias desestabilizadoras en Asia Central.

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Tayikistán, el Estado más pobre de la ex URSS, tiene algo más de 7 millones de habitantes, de los cuales se calcula que más de un millón son emigrantes residentes en Rusia. Jorog, la capital de la región autónoma de Gorno-Badagshan (el nombre administrativo del Pamir) está en un profundo valle rodeada de altas montañas y desde esas alturas han sido tiroteados civiles que se desplazaban por la ciudad, según habitantes locales que han podido comunicarse por teléfono durante los últimos días. Oficialmente, el número de muertos (entre agentes del orden, resistentes y víctimas casuales) ronda la cincuentena, pero medios de la oposición afirman que las víctimas son muchas más.

En la noche del 21 al 22 de julio, el general Abdulló Nazárov, que dirigía el comité de Seguridad del Estado en Gorno-Badagshán, fue asesinado en las afueras de Jorog. En la madrugada del 24, las fuerzas de seguridad asaltaron la ciudad y combatieron con los miembros de grupos armados locales que opusieron resistencia. Al caer la tarde, se decretó un alto el fuego, que se ha ido prorrogando sucesivamente, pero que no se cumplió del todo, porque los francotiradores siguieron disparando sobre Jorog. Según el ministerio del Interior de Tayikistán, los guerrilleros habrían comenzado a entregarse el sábado gracias a las gestiones de un grupo de mediación formado por personajes influyentes y dignatarios religiosos. A este grupo se habría incorporado el representante del Aga-Khan en Tayikistán, Munir Meralí, según la emisora Radio Ozadí.

Las autoridades culpan del asesinato del general a miembros del grupo de Tolik Aiembékov, una de las autoridades locales en Pamir, y exigieron la entrega de cuatro sospechosos. Posteriormente, los militares ampliaron la lista de personas requeridas, según informa desde Jorog la periodista Ramzia Morzobekova, citando fuentes locales.

En la lista de los sospechosos por el asesinato está Imomnazar Imomnazárov, un ex jefe guerrillero que goza de gran prestigio local. En agosto de 2011, en su casa de Jorog, Imomnazárov, que está parcialmente paralizado, en una conversación con esta corresponsal, acusaba a los dirigentes de Tayikistán (incluidos los del Pamir) de corrupción y aseguraba que el país no había superado aún las secuelas de la guerra civil (1992-1997). Uno de los pisos de la casa de Imomnazarov en Jorog ha sido volado y sus coches, minados, según cuenta la periodista Morzobékova.

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El acuerdo de reconciliación que puso fin a la guerra civil en Tayikistán integró a la guerrilla armada y a sus comandantes en las estructuras del Ejército y la Seguridad. Sin embargo, la oposición fue marginada con el tiempo y el aposentamiento en el poder de Rajmónov (hoy Rajmón). Parte de los guerrilleros fueron purgados de los cuerpos de seguridad y el resultado es que algunos de los antiguos “comandantes” siguen activos aún hoy al frente de sus propios grupos armados. Según la perspectiva y la época desde la que se les juzgue, pueden ser catalogados como autoridades de hecho, como bandidos y “narcobarones” o todo ello a la vez. En 2010, ya se produjo un enfrentamiento armado entre fuerzas gubernamentales y guerrilleros de oposición en el valle de Rasht.

El Partido del Renacimiento Islámico (PRI), que dirige el moderado Muhiddín Kabirí, es la principal fuerza de oposición en Tayikistán, pero sólo tiene dos diputados en el parlamento, dominado por el Partido Democrático Popular de Tayikistán, la fuerza de Rajmón, permanente vencedor de unas elecciones sistemáticamente irregulares. La mayoría de la población de Tayikistán es suní, pero en el Pamir predominan los ismaelitas, una comunidad de raíces chiíes, cuya máxima autoridad religiosa es el Aga Khan. El representante del PRI en el Pamir, Sabzalí Mamadrizóyev, de 32 años, ha perecido en los incidentes de los últimos días, según confirmó su partido. Mamadrizóyev, que había estudiado en la universidad Jomeiní de Teherán, habría sido detenido tras criticar a las autoridades de Tajikistán en un mitin en Jorog y habría muerto a consecuencia de las torturas que le fueron inflingidas.

En agosto de 2011, en conversación conmigo en Jorog, Mamadrizóyev acusaba a las autoridades de Dushambé de mantener el Pamir en la pobreza y dijo que sus parientes habían sido represaliados por su militancia en el PRI. Aseguró también que había disminuido el tráfico de drogas procedentes de Afganistán que proliferaba mientras los rusos vigilaban aquella frontera (hasta 2005). Esta opinión, sin embargo, no es compartida por otras fuentes conocedoras de Tayikistán.

Los tayikos en la emigración en Moscú están divididos. Unos creen que la situación en el Pamir debería ser aprovechada para organizar la resistencia al régimen de Rajmón y otros, que no debe permitirse una nueva guerra civil y que debe propiciarse una mediación de organizaciones internacionales en el Pamir.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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