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Un muerto en Bahréin por represión de la policía, según la oposición

El partido Wefaq ha identificado a la víctima como Salah Abbas Habib, de 37 años El Ministerio del Interior dice que abrió una investigación para esclarecer este incidente

Ángeles Espinosa
Mahmood Abbas sostiene hoy, sábado, 21 de abril de 2012, una foto de su hermano, Salah Abbas, que murió durante unos disturbios en la villa de Shakura al norte de Manama en Bahréin.
Mahmood Abbas sostiene hoy, sábado, 21 de abril de 2012, una foto de su hermano, Salah Abbas, que murió durante unos disturbios en la villa de Shakura al norte de Manama en Bahréin.MAZEN MAHDI (EFE)

El Gobierno de Bahréin se ha apresurado hoy a anunciar una investigación sobre la muerte de un ciudadano que fuentes opositoras atribuyen a la represión de una protesta durante la noche del viernes. El incidente amenaza con empañar el Gran Premio de Fórmula 1 cuya cancelación habían pedido parte de la oposición y grupos de derechos humanos. Además, el entierro previsto para mañana va a intensificar, sin duda, las protestas programadas contra el evento deportivo.

El cadáver se encontró por la mañana en la localidad de Shakhura, a las afueras de Manama, en una zona donde el viernes por la noche hubo un fuerte enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y activistas chiíes contrarios a la monarquía (suní). El grupo opositor Wefaq (los partidos no están autorizados) publicó una foto del fallecido, al que identificó como Salah Abbas Habib, de 37 años, y dijo que estaba entre un grupo de manifestantes que fueron golpeados por la policía. También dice que el cuerpo tenía disparos. Pero la Asociación Juvenil de Derechos Humanos de Bahréin (BYSHR) ha dicho a EL PAÍS que no puede confirmar la causa de la muerte, si fue tiroteado o torturado.

“Pediría a la gente que espere los resultados de la autopsia y nuevos datos antes que dejarse llevar por la especulación o los rumores de los medios sociales”, ha declarado el jefe de la Seguridad, el general Tariq al Hasan, según un comunicado difundido por las autoridades.

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Durante todo el sábado hubo choques aislados en varios pueblos chiíes del oeste de la capital, pero hasta el momento las protestas se han mantenido lejos del circuito donde se celebra el Gran Premio, a una veintena de kilómetros de Manama, en medio del desierto y rodeado de fuertes medidas de seguridad. Los participantes realizaron las carreras de precalificación previas a la competición del domingo sin mayores problemas.

El rey de Bahréin se congratuló este sábado a través de un comunicado oficial de que se hubiese puesto en marcha esta jornada del campeonato, e hizo referencia a la crisis que desde el año pasado se ha abierto ante la mano dura con que su Gobierno respondió a las peticiones de reforma democrática de la oposición: "También quiero dejar claro mi compromiso personal con la reforma y la reconciliación en nuestro gran país. La puerta está siempre abierta al diálogo sincero entre todo nuestro pueblo".

Sin embargo, el país permanecía en estado de alerta ante los llamamientos de los activistas a intensificar las protestas para llamar la atención sobre sus reivindicaciones de mayor participación política. De nuevo, esta noche se estaban repitiendo los enfrentamientos. Los manifestantes arrojaban cócteles molotov a la policía y ésta respondía con gases lacrimógenos y disparos de perdigones. En los tres últimos días, medio centenar de personas han resultado heridas.

Ese juego del gato y el ratón viene repitiéndose desde hace 14 meses, la protesta más duradera desde que se iniciara la llamada Primavera árabe. Pero a diferencia de otros países, en Bahréin ha adquirido un tinte sectario ya que dos tercios de la población son chiíes y están gobernados por una monarquía suní. Eso ha movilizado a sus vecinos en apoyo de la familia real, cuyas anunciadas reformas han quedado muy lejos de las expectativas de la mayoría.

El pequeño reino es un centro financiero regional, con una producción marginal de petróleo. Pero su importancia estratégica se agranda por albergar la base de la V Flota norteamericana, la principal de la Marina de EE UU en la zona. Eso coloca a Washington en una situación embarazosa. Aunque sus portavoces insisten en la necesidad de un diálogo político, se muestran cuidadosos de no presionar demasiado a la monarquía tanto por temor a dañar sus lazos militares, como por las consecuencias que su caída tendría en el pulso entre Irán y Arabia Saudí.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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