James Murdoch dimite como presidente de la cadena británica BSkyB
El hijo del magnate de la comunicación ya dimitió en febrero al frente de la editora de 'The Sun' Reino Unido sigue con la investigación a algunos de sus rotativos por presuntas escuchas ilegales
Presionado desde el verano pasado por el escándalo de las escuchas ilegales del tabloide News of The World, James Murdoch, hijo del magnate Rupert Murdoch, ha dimitido esta tarde de la presidencia de BSkyB, la televisión por satélite creada por su padre a finales de los años 80. Con su marcha, será la primera vez que los Murdoch no tengan a ningún miembro de la familia entre los altos cargos de su conglomerado mediático en Europa.
James, de 39 años, que mantiene un puesto en el consejo de administración de la compañía, ya había ido dimitiendo en los últimos meses de sus cargos de responsabilidad en empresas británicas. Renunció, sobre todo, a la presidencia de News International, la compañía que agrupa el negocio europeo de News Corporation, la matriz de los negocios de la familia. Y dejó también otros cargos de menor relevancia, como los consejos de administración de la casa de subastas Sotheby’s y la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline.
El hijo de Murdoch, que ha sido sustituido por Nicholas Ferguson, admite en su carta de dimisión: “Soy consciente de que mi papel como presidente puede convertirse en un pararrayos para BSkyB y creo que mi dimisión puede ayudar a asegurar que no haya una falsa vinculación con acontecimientos en una organización distinta a esta”.
Aunque amigos y compañeros de James Murdoch han hecho llegar a varios medios británicos que su marcha es una decisión voluntaria, su posición no dejaba de debilitarse desde que la crisis de las escuchas estalló con toda su virulencia en julio pasado. James estaba atrapado entre la espada y la pared, condenado a elegir entre dos malas opciones: la de encubridor del hecho de que las escuchas no se habían limitado a un par de elementos aislados como sostenía la empresa hasta julio pasado, o como ejecutivo inepto que ignoraba lo que pasaba a pesar de que sus subordinados le habían hecho llegar por escrito su convicción de que las escuchas eran una práctica muy extendida.
James cargaba en sus espaldas con dos fardos que han acabado siendo de un peso excesivo y que debilitaban su presencia al frente primero de News International y luego de BSkyB. Por un lado, el escándalo de las escuchas había hecho descarrilar el intento de News International de hacerse con el 100% del capital de la plataforma de televisión por satélite, de la que controla el 39%.
Por otro lado, el regulador de telecomunicaciones británico, Ofcom, anunció a principios de marzo que estaba examinando de nuevo si News International es una empresa con la integridad e idoneidad necesarias para dirigir BSkyB.
El hecho de que James Murdoch deje de estar al frente de BSkyB puede facilitar las cosas a News International, sobre todo si se tiene en cuenta que su posición personal se va a deteriorar aún más cuando a finales de mes la Comisión de Cultura de los Comunes haga públicas su conclusiones sobre la investigación que ha llevado a cabo sobre el escándalo de las escuchas.
Se espera que ese informe sea particularmente crítico con James, que en una primera comparecencia insistió en que nunca había sido informado sobre el calado que habían adquirido las escuchas ilegales en el News of The World. Cuando dos ex altos directivos le llevaron la contraria, Murdoch tuvo que comparecer una segunda vez y luego aceptó en una declaración escrita que había recibido un correo electrónico en el que se incluía esa información pero que él no lo sabía porque nunca llegó a leer aquel texto en su integridad.
El escándalo de las escuchas ha cercenado la carrera profesional de James Murdoch, que hace un año parecía en condiciones de suceder a su padre al frente de News Corporation y que ahora se ha visto obligado a ir renunciando a los cargos que ya ocupaba. Su gestión en News International, donde fue consejero delegado desde 2003 y presidente desde 2007, había recibido muchos parabienes por su diversificación hacia el mercado de la banda ancha en Internet sin perder terreno en la televisión de pago y por la maniobra que realizó cuando al comprar un paquete de acciones en la cadena ITV consiguió impedir que esta acabara en manos de uno de sus grandes rivales, Virgin Media.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.