Los candidatos republicanos defienden su conservadurismo en el último debate
Romney y Santorum utilizan el último debate electoral para venderse como el más conservador
Los dos líderes en las primarias republicanas de Estados Unidos, Mitt Romney y Rick Santorum, aprovecharon el último debate electoral, celebrado la pasada noche en Arizona, para presentarse como el más conservador en la contienda y para criticar duramente al presidente de la nación, Barack Obama. Las acaloradas discusiones de pasados debates dejaron paso en esta ocasión a la defensa unánime de unos valores que se han convertido en partes centrales de estas primarias, como el rechazo a los métodos anticonceptivos o el aborto.
Romney, exgobernador de Massachusetts, que de momento conserva la posición de líder en estas primarias, se esforzó por presentarse como un político de ideas sólidamente conservadoras. “Nunca en la historia se ha visto en este país un ataque a la libertad religiosa y de conciencia como el que ha acometido Barack Obama”, dijo. “Lo más reciente ha sido su mandato de que la Iglesia Católica subvencionara seguros médicos para sus empleados que cubrieran métodos anticonceptivos”.
Una de las provisiones de la reforma sanitaria de Obama era la de que instituciones educativas y caritativas afiliadas a entidades religiosas cubrieran los anticonceptivos en las pólizas de seguro que ofrecían a sus empleados. El pasado 10 de febrero, el Presidente cambió esa regla, obligando a que sean las propias empresas de seguros las que costeen esos métodos. En ningún momento obligó la Casa Blanca a que las iglesias, directamente, pagaran anticonceptivos.
Santorum, exsenador por Pensilvania, dijo que ese apartado de la reforma sanitaria encajaba dentro de un ataque a los valores tradicionales del país. “Este es un problema cultural, porque vemos a niños que deben criar a otros niños”, dijo. “Ese es el efecto de los embarazos fuera del matrimonio, que afectan negativamente a nuestra economía. Esos niños, nacidos fuera del matrimonio, tienen mayores dificultades económicas y más problemas para completar sus estudios”.
Al hablar de fe, Romney defendió su estrecha colaboración con la Iglesia Católica cuando era Gobernador de Massachusetts, entre 2003 y 2007. De lo que no habló abiertamente es de su credo, mormón, del que recelan una buena parte de los votantes protestantes, evangélicos y baptistas. Santorum es católico, pero sus ideas religiosas casan bien con el puritanismo protestante. En el debate hizo alarde también de haber negado la escolarización a sus siete hijos, a los que educaron él y su mujer en casa, inculcándoles valores como el creacionismo.
Tanto Romney como Santorum, que según los últimos sondeos se hallan empatados en intención de voto a nivel nacional, tratan de apelar en estos días al electorado más conservador de su partido, para asegurarse la nominación. El martes se celebran elecciones primarias en Arizona, donde tuvo lugar el debate, y en Michigan. En el primer Estado tiene ventaja en los sondeos Romney. En el segundo, ambos candidatos están empatados. Hasta la fecha, Romney ha ganado en cuatro Estados y ha logrado 99 delegados. Santorum ha vencido en otros cuatro, pero sólo dispone de 47 delegados. Ambos necesitan 1.144 delegados para lograr la nominación.
Michigan es un lugar de especial importancia para Romney, dado que él nació allí y su padre fue Gobernador en los años 60. El candidato ya ganó allí, frente a John McCain, en 2008. Ahora, sin embargo, debe justificar su oposición al paquete de rescate financiero de la industria del automóvil, apoyado tanto por George W. Bush como por Obama. “Lo que yo quería era que la industria se declarara en suspensión de pagos para forzar una renovación desde dentro”, dijo Romney. “Me oponía a entregarle 50.000 millones de dólares sin condiciones a sus ejecutivos”.
Los candidatos alabaron las polémicas leyes de reforma migratoria aprobadas por el Gobierno de Arizona, contestadas por la Administración de Obama por la vía judicial. “Cuando llegue al Gobierno, el primer día, anularé todas esas demandas”, prometió Romney. Una de esas leyes hubiera permitido a los agentes policiales exigir la documentación a aquellos inmigrantes a los que detuvieran y de los que sospecharan que se hallaban en el país de forma ilegal.
Entre el público asistente al debate se hallaba el polémico sheriff del Condado de Maricopa, Joe Arpaio, célebre por aplicar mano dura contra la inmigración ilegal. “Lo que yo propongo es dejar a los agentes de policía que hagan que se cumpla la ley”, dijo Santorum, en clara referencia al sheriff, que de momento no ha apoyado públicamente a ninguno de los candidatos. “Si detienen a alguien que ha incumplido la ley y está en el país de forma ilegal, hay que deportarlo”.
Santorum, un candidato que comenzó en las primarias con pocas ambiciones, dada la radicalidad de sus ideas y los pocos fondos de su campaña, tuvo que defender por qué podría llegar a medirse frente al presidente Obama. “Mi campaña se basa en ideas, en aquello que es positivo para la ciudadanía americana, en principios y convicciones”, dijo. “He demostrado que soy alguien que puede conseguir mucho con pocos recursos”.
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