Argentina acepta la mediación de la ONU en el conflicto por las Malvinas

Argentina aceptó este martes formalmente la mediación del presidente de la Asamblea General de la ONU, el catarí Nassir Abdulaziz Al-Nasser, entre ese país sudamericano y Reino Unido para resolver la disputa de soberanía de las islas Malvinas. Al-Nasser había ofrecido su intermediación el pasado viernes en Nueva York en una visita del ministro de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timerman, que viajó para denunciar a Londres ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por la presunta militarización del Atlántico Sur, la que supuestamente incluye el envío de un submarino nuclear a la zona. Timerman envió el lunes una carta en la que agradece el ofrecimiento del presidente de la Asamblea General.

Ahora falta que responda el Gobierno de David Cameron, algo que se desestima, pues viene repitiendo que solo negociará las Malvinas con el consentimiento de los 3.100 isleños, que son en su mayoría descendientes de británicos después de que Reino Unido ocupara el archipiélago hace 179 años. El pasado viernes, tras la queja argentina en el Consejo de Seguridad, donde Londres cuenta con poder de veto, el embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, negó que se hubiese reforzado la presencia militar de su país en las llamadas Falklands, pero no dio precisiones sobre el envío del submarino nuclear. Se limitó a decir que Reino Unido cuenta con varias embarcaciones de ese tipo y que patrullan permanentemente sus territorios.

El mismo día en que el ministro del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner enviaba la misiva, las fuerzas de seguridad de Argentina reprimían a exsoldados de este país que reclamaban que los reconocieran como veteranos de la Guerra de Malvinas de 1982, para poder cobrar así la pensión correspondiente. Se trata de exmilitares que cumplían con el servicio militar hace 30 años cuando fueron enviados al sur de Argentina para prepararse para el combate. Sin embargo, nunca viajaron a las Malvinas, que fue el escenario de batalla. Estos exsoldados cortaron la noche del martes la intersección de las céntricas avenidas de Mayo y 9 de Julio. Bloquearon el tránsito durante 12 horas hasta que suspendieron el piquete con la condición de algún alto funcionario los recibiera. Ante la falta de respuesta, quisieron reanudar el bloqueo este martes a las 11, pero los carros hidrantes y los gases lacrimógenos de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional los disuadieron. Tres policías resultaron heridos por las pedradas de los exsoldados, 24 de los cuales acabaron arrestados.