EE UU retira a su embajador en Damasco
Obama insta a incrementar las presiones sobre el régimen sirio para que se resuelva esta crisis "sin una intervención militar extranjera"
El Gobierno norteamericano ha cerrado este lunes su embajada en Damasco y el embajador Robert Ford y todo el personal diplomático han abandonado ya el país, en un punto en el que ha aumentado la represión gubernamental contra los opositores al régimen y en el que, después de once meses, el conflicto en Siria se ha convertido ya en el más violento de la Primavera Árabe, con más de 5.400 muertos, según un recuento de Naciones Unidas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, en declaraciones a un programa de la cadena de televisión NBC, ha instado a continuar incrementando la presión y las sanciones sobre el régimen sirio a fin de que se resuelva esta crisis "sin una intervención militar extranjera".
“El reciente aumento de la violencia, incluyendo atentados con bomba en Damasco el 23 de diciembre y el seis de enero, ha causado serias dudas sobre si la embajada está lo suficientemente protegida de los ataques armados”, ha dicho la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. “Nosotros, junto con varias otras misiones diplomáticas, hemos transmitido nuestras preocupaciones al Gobierno de Siria, pero el régimen no ha respondido adecuadamente”.
Estados Unidos no ha roto relaciones diplomáticas con Damasco. Ford sigue siendo embajador y, según Nuland, “seguirá su trabajo y cooperación con el pueblo de Siria, como jefe del equipo sirio en Washington”. Tanto la jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, como el presidente, Barack Obama, han pedido la marcha del presidente sirio, Bachar el Asad, y una transición pacífica a la democracia.
El sábado, China y Rusia vetaron en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que hubiera formalizado esa petición en la comunidad internacional. “Ante un Consejo de Seguridad neutralizado, debemos redoblar nuestros esfuerzos fuera de la ONU, con aquellos aliados y colaboradores que apoyan el derecho de la ciudadanía de Siria a tener un mejor futuro”, dijo Clinton el sábado en conferencia de prensa.
Washington ha pedido este lunes a todos los norteamericanos que queden en Siria que salgan inmediatamente del país, y ha advertido a sus ciudadanos en contra de viajar allí. Según fuentes del Departamento de Estado, la embajada polaca en Damasco se encargará de las gestiones consulares estadounidenses de emergencia.
El cierre de la embajada ha llegado en una jornada de aumento de los ataques del Gobierno en la ciudad de Homs, en la que murieron al menos 17 personas, según grupos opositores citados por Associated Press. La ciudad, la tercera más grande de Siria, se ha convertido en el centro de la revuelta nacional.
“La deteriorada situación de seguridad que llevó a la suspensión de las operaciones diplomáticas pone de manifiesto una vez más el peligroso camino que Asad ha elegido y la incapacidad del régimen de controlar totalmente el país”, ha dicho Nuland. “También destaca la necesidad urgente de la comunidad internacional de actuar sin más demoras para apoyar el plan de transición de la Liga Árabe [el que defendía la resolución vetada en la ONU] antes de que la escalada de violencia del régimen imposibilite una solución política al problema”.
El embajador Ford llegó a Damasco hace un año, justo antes del inicio de las revueltas y con la intención de normalizar relaciones, después de un lustro en que no hubo presencia diplomática norteamericana en Siria. Entre octubre y diciembre Ford fue llamado a consultas en Washington por las amenazas contra su seguridad personal, según dijo entonces el Departamento de Estado. Diversos manifestantes progubernamentales habían atacado su coche y su residencia en numerosas ocasiones. Regresó en diciembre, en el mayor repunte de ataques de las tropas del régimen.
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