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Berlín lamenta la decisión de Londres

El Gobierno de Merkel confía en que la presión sobre Cameron le haga reconsiderar su postura

Cameron mira a Merkel (de espaldas) en la cumbre europea.
Cameron mira a Merkel (de espaldas) en la cumbre europea.YVES HERMAN (REUTERS)

El eco de la cumbre de Bruselas en Alemania ha sido positivo, con muchas reservas. La negativa del primer ministro británico, David Cameron, a apoyar la reforma de los Tratados arroja sombras sobre el avance hacia la “unión de estabilidad” que preconizaba la canciller alemana, Angela Merkel. Así que el futuro de una UE de tres velocidades preocupa tanto o más que la actual crisis de la deuda. El debate público inmediato a la cumbre se ha centrado en el coste que Europa pagará por los acuerdos alcanzados en la madrugada del viernes. El presidente de la República Federal, Christian Wulff, llamó ayer a continuar la colaboración con Londres. “La relación de Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia es un pilar de la Unión Europea”, señaló.

El socialdemócrata Martin Schulz (SPD), que será presidente del Parlamento Europeo en 2012, expresa hoy en el dominical Bild am Sonntag sus “dudas a largo plazo de que Gran Bretaña vaya a permanecer en la Unión Europea”. El alemán sostiene que Cameron “metió un gigantesco gol en propia puerta” al renunciar al acuerdo con sus socios. Desde su punto de vista, el primer ministro ha dado argumentos a los euroescépticos británicos, que ahora le exigirán la salida definitiva de la UE. Schulz apunta que “si es necesario, la UE podría salir adelante son Gran Bretaña; pero Gran Bretaña tendría grandes dificultades sin la UE”. “Nunca antes se habían aislado tanto”, sostiene el político europeo, quien añade: “Me parece lamentable”. Volker Kauder, jefe parlamentario de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel, lamenta la renuncia británica en el dominical del Frankfurter Allgemeine Zeitung. Para el democristiano, “la crisis actual tiene sus raíces en la desregulación financiera y el capitalismo de casino” que los acuerdos de Bruselas tratarán de acotar. De modo que Europa “tuvo que rechazar” las peticiones británicas de suavizar las nuevas reglas para los mercados financieros.

La oposición socialdemócrata califica de "fiasco" el acuerdo logrado en Bruselas

El Gobierno alemán sigue confiando en que la presión sobre Cameron le obligue a reconsiderar su postura. El presidente Wulff pidió ayer que “no se especule sobre una reducción de Europa” y se dijo confiado en que Londres “supere” sus objeciones al acuerdo. El ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble (CDU), celebra el compromiso alcanzado y se muestra “seguro de que las amplias medidas de reforma institucional nos permitirán mantener el control sobre la crisis de la deuda europea”. Schäuble, abanderado del europeísmo en el Gobierno, insistió en que “Europa nos dará una voz en la globalización”. Ni Alemania ni ningún otro país europeo tendrá por su cuenta un peso internacional suficiente.

Frank Walter Steinmeier, que dirige el grupo socialdemócrata en el Parlamento federal (Bundestag), considera, en cambio, que el acuerdo de Bruselas es “un fiasco”. El que fuera ministro de Exteriores en el anterior Gobierno de coalición de Merkel (2005-2009) acusa a la canciller de no haber obtenido los compromisos a los que aspiraba: “Ni las sanciones serán automáticas ni el resto del acuerdo es jurídicamente seguro”. También el jefe parlamentario de Los Verdes, Jürgen Trittin, criticó los “blanduchos convenios” de Bruselas, donde “no se ha dado respuesta a la crisis, sino que se ha aplazado su solución”.

El economista jefe del primer banco alemán Deutsche Bank, Thomas Mayer, aseguró ayer que la celebrada esta semana en Bruselas "es la primera cumbre desde el inicio de la crisis tras la que los mercados no dirán que se hizo demasiado poco y demasiado tarde”.

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