La Liga Árabe se prepara para imponer sanciones a Siria
El régimen de Damasco desoye la advertencia del organismo panárabe y prosigue la represión de las manifestaciones que se extienden por todo el país
El régimen sirio ha ignorado hoy el plazo de la Liga Árabe para que ponga fin a la represión de las manifestaciones antigubernamentales y acepte la presencia de observadores en su territorio. Aunque en un último intento la organización ha dado a entender que admitiría la firma del documento hasta el final del día, había pocas esperanzas de un cambio. Para el Gobierno de Damasco, que atribuye las protestas a “terroristas y bandas armadas”, la exigencia de la Liga constituye un “atentado contra la independencia y la soberanía nacional”. Los ministros de Economía árabes se reunirán mañana sábado para proponer una batería de sanciones que al día siguiente deberán ratificar sus colegas de Exteriores.
“El ulitmátum ya ha concluido, pero la Liga Árabe deja la puerta abierta a Siria para responder hasta el final del día, y si ofrece una respuesta positiva a lo largo del viernes, la Liga Árabe no pondrá objeciones”, ha asegurado una fuente de esa organización citada por la agencia Reuters. Siria se ha limitado a enviar una carta pidiendo aclaraciones al protocolo que le enviaron los árabes. El texto estipula el envío de medio millar de observadores para verificar que las fuerzas de seguridad sirias cesan la violencia que, según la ONU, ha matado a 3.500 personas.
Pocos creen ya que eso sea posible. Humillado por la expulsión hace dos semanas de esa Liga de la que Siria fue fundadora, el régimen da la impresión de haber pasado el Rubicón. De nuevo hoy, ha respondido con disparos a los miles de ciudadanos que intentaron manifestarse a la salida de las mezquitas, desde Deraa, en el sur, hasta Iblib, en el norte, pasando por Hama, Homs y las barriadas populares de la periferia de Damasco, según denuncian fuentes de la oposición dentro y fuera del país. Al menos seis civiles han resultado muertos, de acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con sede en Londres. El Ejército, por su parte, ha dicho en un comunicado televisado que diez miembros de la fuerza aérea, incluidos seis pilotos, murieron ayer en un ataque contra una base situada entre Homs y Palmira.
Mientras, la agencia oficial de noticias, SANA, desestimaba el ultimátum acusando a la Liga Árabe de ser “un instrumento de la injerencia extranjera al servicio de un proyecto occidental para crear problemas en la región". La agencia, que como el resto de los medios sirios ignora las protestas antigubernamentales, ha difundido numerosas imágenes de lo que califica de “enormes manifestaciones en las provincias sirias para rechazar la decisión de la Liga Árabe contra Siria”.
“Vamos hacia un conflicto grave y largo”, asegura un embajador occidental no europeo
Esa polarización de la sociedad es la que hace temer que el país se precipite hacia una guerra civil. “Vamos hacia un conflicto grave y largo”, aseguraba un embajador occidental no europeo destinado en Siria durante la reciente visita de esta corresponsal. La fuente expresó su temor a que la entrada en escena de desertores y otros elementos armados convierta la revuelta popular en una guerra de guerrillas.
De acuerdo con el plan esbozado el jueves, durante una reunión extraordinaria del foro árabe consagrada a Libia, los ministros de Economía y Finanzas del grupo se reunirán para elaborar una lista de sanciones. Entre las medidas que barajan se encuentran suspender los vuelos con Siria, congelar las cuentas del Gobierno e interrumpir las transacciones financieras y con el banco central. Incluso podrían llegar a prohibir los intercambios comerciales a excepción de los productos de primera necesidad para reducir el impacto sobre la población.
El ministro turco de Exteriores, Ahmed Davutoglu, ha resumido esta mañana la gravedad de la situación cuando ha calificado la propuesta árabe de “última oportunidad” y ha hecho un llamamiento al presidente Bachar el Asad para que la acepte. Davutoglu también se ha mostrado dispuesto a acudir a la reunión en la que sus homólogos árabes votarán las sanciones contra Siria. La cooperación de Turquía es, por su frontera común, clave para que sean efectivas.
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