Los Veintisiete imponen un presupuesto de austeridad a la UE

En el pulso presupuestario de la Unión Europea para 2012 que han venido librando los Gobiernos de los Veintisiete, por un lado, y el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, por otro, las capitales se han impuesto arrolladoramente al conseguir un congelación de hecho de los presupuestos, que subirán sólo el 2% previsto de inflación frente al 5% que reclamaban las instituciones comunitarias.

La UE dispondrá el año que viene de 129.000 millones de euros para gastos e inversiones. “Estamos ante un presupuesto de austeridad”, comentó el comisario de Presupuestos, el polaco Janusz Lewandowski. “Se ha impuesto el realismo”, comentó el respetado eurodiputado popular francés Alain Lamassoure.

Ambos hablaban con el aire deprimido de los perdedores al final de una larga y última sesión de conciliación entre posiciones enfrentadas concluida en la madrugada del sábado. El tono lo había dado el ministro holandés de Finanzas, Kees de Jager, al llegar a la reunión. “El Consejo [los Gobiernos de la Unión] ha aceptado un incremento del 2% de los gastos, igual a la inflación. Los Gobiernos de toda Europa está adoptando medidas de austeridad con cortes presupuestarios. No sería de recibo que se aumentara el presupuesto europeo”.

El presupuesto comunitario se construyen al 75% a partir de las aportaciones de los distintos Estados así que malamente se les podía reclamar para fuera a los 27 Gobiernos lo que no pueden hacer en casa, inmersos como están en estrictas medidas de control y recortes. El grueso de los presupuestos, casi el 70%, lo absorben la la Política Agrícola Común y la política de Cohesión, el mayor factor de redistribución de riqueza en la UE.

En la negociación de última hora, los Estados se avinieron a incrementar ligeramente (aunque menos de lo reclamado por el Parlamento) las partidas de compromisos de gastos hasta los 147.000 millones. Como son compromisos, no pagos garantizados, “corremos el serio peligro de que la Comisión Europea se encuentre sin fondos suficientes el próximo año y no pueda hacer buenas sus obligaciones financieras”, casandreó Lewandowski.

La Eurocámara se lame las heridas atacando a determinados Gobiernos. “El presupuesto europeo está a merced de los Estados pero administrados, que llevan años tirando el dinero por la ventana”, se lamentó Lamassoure, quien volvió a reclamar la creación de una fuente fiable de recursos propios para financiar la Unión.

La batalla presupuestaria anual es una escaramuza comparada con el combate en toda regla que supone pactar las llamadas Perspectivas Financieras que marcan las grandes líneas durante siete años. Las próximas cubrirán el periodo 2014-2020, en el que España pasará a ser contribuyente neto de la UE. Para ese periodo plurianual la Comisión Europea ha planteado un incremento del 5% sobre el actual de 2007-2013, pero nueve socios de gran calado (Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Suecia y Reino Unido) ya han hecho saber que de ninguna de las maneras aceptarán semejante cifra.

Al comentar el acuerdo alcanzado ayer, Londres ya ha adelantado el enfoque que va a seguir manteniendo: “Hemos frenado las propuestas inflacionistas de la Comisión y el Parlamento. Hemos insistido en todo momento en que Gobiernos que han de tomar medidas duras a escala nacional no deben aceptar exigencias que no son realistas”.