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La candidatura republicana de Cain se tambalea por un escándalo sexual

El empresario convertido en político había negado que pagó por el silencio de dos mujeres que le acusaron de acoso

El aspirante republicano a la Casa Blanca, Herman Cain.
El aspirante republicano a la Casa Blanca, Herman Cain.JONATHAN ERNST (REUTERS)

La que debería haber sido una gira de tres días por Washington del líder en las encuestas para la nominación presidencial republicana, el empresario Herman Cain, se ha convertido en una escapada continua para evitar revelar los detalles de al menos dos casos de acoso sexual en los años noventa. Los propios líderes republicanos le han pedido este miércoles a Cain que interceda para permitirle a una de sus acusadoras que rompa un acuerdo de confidencialidad, de modo que los votantes conservadores dispongan de todos los detalles sobre los incidentes, ocurridos cuando era presidente de una patronal de la restauración.

El domingo, el diario Politico reveló que dos mujeres que trabajaban en la Asociación Nacional de Restaurantes acusaron a Cain de acoso sexual en los años noventa. Al menos una de ellas llegó a un acuerdo extrajudicial para marcharse de la patronal con un año de paga, equivalente, hoy en día, a unos 25.000 euros. Al aceptarlo, se comprometió a guardar secreto sobre el asunto. Inicialmente, Cain dijo que no recordaba si le habían acusado de acoso sexual. El lunes reculó y admitió las acusaciones. Pero aseguró que no recordaba si la patronal había llegado a un acuerdo con las mujeres.

Poco a poco, el candidato, el único afroamericano entre los aspirantes del Partido Republicano, ha ido recordando más detalles. En diversas entrevistas ha llegado a detallar su versión de uno de los casos de supuesto acoso: se acercó a una empleada, le dijo que era igual que alta que su mujer, y se colocó muy cerca de ella, rozándola, para demostrárselo. Cain, que lleva casado con su mujer, Gloria, desde hace 43 años, ha negado con vehemencia que ninguna de las acusaciones fuera cierta.

Este miércoles, Cain debía haber finalizado una gira por la capital federal para estrechar lazos con diversos líderes del Partido Republicano. Después de una reunión con doctores en Virginia, debía haber hablado sobre la reforma sanitaria, pero se ha dedicado a evitar, con patente tensión, preguntas sobre el caso de acoso sexual. “Ni se les ocurra preguntarme esas preguntas que tanta curiosidad les producen”, dijo, visiblemente enfadado. “¿Me han oído? Ni se les ocurra”. Posteriormente canceló una rueda de prensa.

Uno de los líderes republicanos en el sur del país, el gobernador de Misisipí y ex presidente del Partido Republicano Haley Barbour, le exigió que revele toda la verdad sobre el asunto. “¿Cuáles son los hechos?”, dijo en la cadena MSNBC. “Si hay un acuerdo de confidencialidad que le impide a la ciudadanía saber algo que es de interés público, el candidato debería encargarse de que esos hechos salgan a relucir”.

Cain comenzó a ascender en las encuestas el mes pasado, después de que sus predecesores en el liderazgo de las primarias cayeran por sus propios errores en los sucesivos debates. La congresista Michelle Bachmann y el gobernador de Tejas Rick Perry le cedieron el testigo a Cain, licenciado en matemáticas, posgraduado en ingeniería informática y empresario de la restauración en los años 80 y 90. Nunca ha sido elegido para ningún puesto político. En 2004 se presentó al Senado por Georgia, pero perdió las primarias.

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