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REPORTAJE

El centro izquierda chileno espera el regreso de Bachelet como única baza

Los partidos de la Concertación no han sabido reinventarse tras dejar el gobierno Sin nuevos líderes y con bajo apoyo ciudadano, confían en la popularidad de la expresidenta La caída en picado de Piñera abre unas posibilidades inesperadas hace un año

Rocío Montes
La expresidenta de Chile Michele Bachelet, en Oslo el pasado 13 de octubre.
La expresidenta de Chile Michele Bachelet, en Oslo el pasado 13 de octubre.GORM KALLESTAD (AFP)

La coalición de centro izquierda que gobernó Chile durante 20 años después de la dictadura se enfrenta una situación compleja en la que le resulta muy difícil rearmarse como oposición, tras dejar el palacio de La Moneda en marzo de 2010. Aunque los cuatro partidos que componen la Concertación se han mantenido unidos, contra todos los pronósticos, poco a poco han perdido apoyo ciudadano. Apenas un 17% de los chilenos hoy los respalda, de acuerdo con una reciente encuesta de Adimark. Un 79% los rechaza. A menos de dos años de unas nuevas presidenciales, no han emergido nuevos líderes que seduzcan a los chilenos.

Lo que le ocurre a la Concertación quedó retratado en una escena del pasado 5 de octubre, cuando se cumplieron 23 años del plebiscito de 1988 que acabó con la dictadura de Augusto Pinochet. Los dirigentes de centro izquierda conmemoraron la fecha con una ceremonia sobria y triste en un salón del antiguo Congreso de Santiago, marcada por las peleas internas sobre qué hacer en el futuro para reconquistar a la ciudadanía. A diferencia de años anteriores, donde se acostumbraba a realizar eventos masivos, apenas hubo un orador y unos 50 invitados.

“La Concertación perdió el Gobierno después de 20 años en el poder y eso representó un cambio muy fuerte", señala Ernesto Ottone, académico y quien fuera principal asesor del expresidente Ricardo Lagos en La Moneda. "Se ha requerido de un enorme esfuerzo para que no se produzca la fragmentación, lo que ha producido un exceso de preocupación de los dirigentes hacia lo que sucede dentro de los partidos. Y la ciudadanía ve todo esto con una enorme distancia. La oposición se tiene que renovar, generar ideas y, sobre todo, cambiar sus prácticas políticas”.

Apenas un 17% aprueba

Francisco Javier Díaz, analista político y militante socialista, indica que “el centro izquierda atraviesa un momento de confusión y parálisis”. “Por una parte, perdió las elecciones porque la ciudadanía no creyó en su propuesta y por lo mismo, debe cambiar significativamente su práctica política para ganar credibilidad nuevamente. Pero por otro lado, producto de la mala gestión del actual gobierno y de la alta popularidad de Michelle Bachelet, tiene una posibilidad cierta de ganar las elecciones presidenciales de 2013. El desafío es no obnubilarse con la opción de ganar nuevamente y saber renovarse políticamente”, dice el que fue escritor de discursos de Michelle Bachelet mientras fue jefa de Estado.

La expresidenta es el único rostro de la coalición, por ahora, con opciones de ganar las próximas presidenciales. Dejó el gobierno con un 84% de popularidad y, tras 19 meses fuera del Ejecutivo, la cifra se ha mantenido. Sigue siendo bien evaluada pese a que los dirigentes de los estudiantes, que hace cinco meses protestan por una educación pública de calidad, también la han responsabilizado de no haber hecho las reformas necesarias para cambiar el sistema heredado de la dictadura.

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El riesgo está en confiar
en la valoración de Bachelet para eludir una renovación necesaria

La actual directora de ONU Mujeres, radicada en Nueva York desde su nombramiento, no ha aclarado si postulará a la reelección, al menos públicamente. Poco parece importar: dirigentes e importantes líderes de centro izquierda reconocen en privado las altas probabilidades de que Bachelet acepte ser la candidata de la Concertación. Hasta ahora no hay otras figuras que puedan ser competitivas frente a las mejores cartas de la derecha y, a dos años de esas elecciones, existe cierto consenso en que no hay mucho por hacer salvo esperar a que la socialista anuncie su decisión. La disputa interna de la coalición radica, más bien, en quiénes serán los que gobernarán en un eventual segundo gobierno de Bachelet.

Algunos políticos se preguntan si la indefinición de Bachelet ha influido en la falta de renovación de caras en la centro izquierda. Lo dijo recientemente el actual ministro de Economía, Pablo Longueira: “Mientras esté vigente o pueda ser una opción presidencial va a detener la renovación de la Concertación y el surgimiento de nuevos liderazgos”. Para el analista político Sergio Micco, militante de la Democracia Cristiana, otro de los partidos de la Concertación, “a la expresidenta no le cabe ninguna culpa. Aunque su popularidad es tal que puede disuadir involuntariamente a la búsqueda de nuevos líderes”.

La búsqueda de ideas
y de nuevos líderes está frenada a la espera de
la decisión de Bachelet

El 17 de enero de 2010, cuando la derecha ganó las elecciones en Chile, parecía altamente probable que gobernaría por varios periodos. Hoy, sin embargo, con el presidente Sebastián Piñera con una popularidad del 30%, el centro izquierda advierte que puede volver a La Moneda antes de lo esperado. “Debido a que al actual gobierno no le va bien, porque no ha sabido responder a las nuevas demandas sociales de mayor igualdad, se produjo rápidamente la posibilidad de reemplazo y es algo que hoy se discute con fuerza”, explica Ottone.

Este factor ha terminado por frenar el proceso de renovación de ideas y figuras que requiere la Concertación: “Ha primado en muchos sectores la actitud cómoda, de simplemente esperar a que vuelva la expresidenta, en vez de acometer reformas profundas”, critica Díaz.

El problema, según los analistas, es qué sucederá en el caso hipotético que de Bachelet volviera a gobernar sin una coalición de partidos políticos fuerte que la respalde. Hay consenso en que sin nuevas propuestas y figuras, esa administración puede terminar siendo un triste letargo.

Al margen de quién ganará las elecciones presidenciales, sin embargo, a ninguno de los dos bloques políticos que existen en este país les será fácil ganarse el voto de la gente. Una de las razones de la crisis de representatividad que enfrenta la clase política es que en este país es necesario inscribirse para votar y, desde ese momento, el sufragio es obligatorio. El gobierno de Piñera se ha comprometido a cambiar el sistema, por lo que en las elecciones de diciembre de 2013 probablemente habrá unos cuatro millones de nuevos electores. Nadie sabe a ciencia cierta cómo influirán en los resultados, porque quienes escojan al futuro presidente de Chile son los mismos jóvenes que se movilizan estos días indignados en las calles de todo el país. Y al menos en la red social Twitter tienen una proclama: Ni derecha ni Concertación.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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