Israel anuncia la demolición de una central fotovoltaica construida por España
Las placas solares fueron instaladas por la Agencia Española de Cooperación, costaron casi 300.000 euros y dan energía eléctrica a 40 familias palestinas de Emnaizel, en Cisjordania
La central fotovoltaica de Emnaizel, una aldea de Cisjordania al sur de Hebrón, es novísima. Fue construida en 2009 con un coste de 292.000 euros, aportados por la Agencia Española de Cooperación Internacional, y proporciona energía eléctrica a las 40 familias de Emnaizel, a una escuela y a un centro médico. El Ejército israelí ha anunciado que la central será demolida dentro de una semana, junto a dos casas, por carecer de permiso de construcción.
Emnaizel se encuentra en una Zona C, la parte de los territorios ocupados en los que la Autoridad Palestina carece de autoridad. Los permisos de construcción deben ser emitidos por la Autoridad Civil, que pese a su nombre es el organismo militar israelí que gestiona la ocupación, y no se conceden prácticamente nunca. La estrategia de Israel en las colinas del sur de Hebrón consiste en negar todas las opciones a la población rural palestina para empujarla hacia zonas urbanas y dejar a los colonos judíos el control de las tierras cultivables.
Sin la central, compuesta de un campo de placas solares de 30 por 40 metros y un edificio para las baterías e instalada por la entidad española Sistemas Energéticos Básicos (Seba), Emnaizel volverá a quedar sin electricidad, ya que el hecho de estar en Zona C le impide conectarse a las redes eléctricas palestinas. “El martes llegaron soldados al pueblo y pegaron en la puerta de la central el aviso de que la demolición se realizaría el próximo día 18; hasta entonces no habíamos tenido noticia de las intenciones de derribo”, explicó un cooperante español que trabaja en la zona.
La ONG israelí Rabinos por los Derechos Humanos ha asumido la defensa legal de las familias de Emnaizel en el caso de la central eléctrica y ha pedido por burofax la suspensión del proceso de demolición. La Autoridad Civil israelí, sin embargo, está de vacaciones hasta el día 19 por las fiestas de “sukot”, lo que reduce de forma drástica el margen de maniobra de los abogados. Ayer fue imposible contactar con algún portavoz de la Autoridad Civil.
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