Los mexicanos critican los cambios en la Fiscalía federal
La semana pasada, el Senado de México ratificó el nombramiento de Marisela Morales al frente de la Procuraduría General de la República (Fiscalía), convirtiéndose así en la tercera titular de la dependencia desde que Felipe Calderón llegó a la presidencia. Sin duda, en circunstancias digamos regulares, es difícil pensar en una atinada política de procuración de justicia cuando ha habido tres cambios de fiscal en cuatro años y medio de Gobierno, pero si, además, consideramos que el nivel de violencia que estamos viviendo en México es todo menos regular, entonces resulta más que preocupante que el presidente cambie de procurador con tal frecuencia.
Como ocurrió con Eduardo Medina Mora, el procurador que se inició en el cargo con el Gobierno de Felipe Calderón y al que tras dos años al frente de la procuraduría decidieron nombrar embajador en Reino Unido sin que haya mediado explicación alguna sobre los motivos de su remoción, Arturo Chávez Chávez presentó su renuncia al cargo de procurador alegando de manera escueta "motivos personales", algo que, según los resultados de la encuesta de esta semana, no convence prácticamente a nadie.
La mayoría de los consultados piensa que Chávez renunció porque no logró lo que se esperaba de él al frente de la procuraduría federal, aunque también resultaron muy significativos los porcentajes de entrevistados que piensan que su renuncia se debió a conflictos personales con el poderosísimo secretario de seguridad pública, Genaro García Luna; y también hay quienes sospechan que la retirada de Chávez Chávez tuvo que ver con su falta de disposición para utilizar la fiscalía con fines electorales.
Los críticos de la nueva procuradora, Marisela Morales, la señalan como la principal operadora del fallido intento de desafuero de Andrés Manuel López Obrador, en 2005, maniobra legaloide mediante la cual pretendieron retirar al perredista de la competencia electoral en 2006; en la misma línea, a Morales se le acusa también por lo que se ha dado en llamar el michoacanazo, que no es otra cosa que la detención de más de 20 funcionarios públicos de Michoacán, Estado gobernado por el PRD (Partido de la Revolución Democrática), justo antes de las elecciones para diputados federales en 2009; de los enjuiciados, todos menos uno fueron ya puestos en libertad, porque la fiscalía no pudo fundamentar con pruebas sus acusaciones.
Al margen de si Morales actuó o no en esos casos con trasfondo de tipo electoral, le preguntamos a los encuestados si consideraban prudente o no poner al frente de la procuraduría federal a una mujer, dadas las condiciones de violencia que vivimos en México derivadas de la lucha contra el narcotráfico, y sorprendentemente seis de cada 10 respondieron que sí, y digo que con sorpresa porque no hay que olvidar que en México seguimos teniendo la imagen del charro justiciero muy a flor de piel.
María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia.
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