La policía marroquí reprime brutalmente la primera manifestación tras el discurso del rey
Los agentes cargan contra los manifestantes a las puertas de la sede del Partidos Socialista Unificado en Casablanca.- Una veintena de personas han resultado heridas y 130 han sido detenidas
Los antidisturbios marroquíes han reprimido con brutalidad la primera manifestación pacífica que islamistas e izquierdistas intentaron llevar a cabo este domingo en Casablanca tras el discurso del miércoles del rey Mohamed VI, en el que anunció una reforma de la Constitución, según testigos presenciales.
Las cargas y persecuciones policiales provocaron al menos una veintena de heridos que acudieron a las urgencias hospitalarias. Entre ellos figura Mohamed Sassi, de 58 años, fundador del Partido Socialista Unificado (PSU), una pequeña formación legal de izquierdas, golpeado ante la sede de su partido. La policía ha detenido a 130 manifestantes, según los convocantes.
Varios centenares de jóvenes, en su mayoría militantes del movimiento islamista ilegal Justicia y Espiritualidad, se concentraron en la plaza de Correos con la intención de efectuar una marcha exigiendo "una Constitución democrática" y una "monarquía parlamentaria". La manifestación no había sido autorizada y los participantes "atacaron a las fuerzas del orden", según la versión del Ministerio del Interior difundida por la agencia de prensa oficial MAP. En consecuencia los antidisturbios la disolvieron, una operación durante la cual cuatro agentes resultaron heridos.
La concentración apenas se estaba formando cuando la policía cargó, según varios testigos. Decenas de jóvenes perseguidos, "barbudos" e izquierdistas, se refugiaron en la cercana sede del PSU, que la policía intentó tomar aunque no lo logró. La mayoría de los heridos fueron golpeados en las puertas del edificio en el que estaba reunido el buró político del partido para analizar el discurso del monarca.
Mohamed VI anunció hace cinco días que encargaba a una comisión de juristas y politólogos la elaboración de enmiendas a la actual Carta Magna que otorguen mayores poderes al primer ministro, en detrimento de los del rey, y que creen potentes instituciones regionales que sirvan para descentralizar el país.
La alocución real no ha apaciguado los ánimos de los colectivos que iniciaron las protestas el 20 de febrero. Piden, entre otras cosas, que no sean juristas designados por el soberano los que retoquen la Constitución, sino que una asamblea constituyente redacte una nueva ley fundamental. Marruecos vive una etapa de efervescencia social y política sin precedentes desde la entronización de Mohamed VI en 1999.
Los jóvenes que convocaron, a través de Facebook, las protestas del mes pasado han pedido a los marroquíes que se echen de nuevo a la calle en medio centenar de ciudades el próximo domingo para reivindicar un cambio de sistema pero respetando la institución monárquica. Exigen, sin embargo, que el rey prescinda de tres de sus íntimos colaboradores.
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