Criticas internacionales al control total de los medios de prensa en Hungría
Se aprueba una ley que prácticamente termina con la libertad de prensa en el país
La ley de medios de comunicación, aprobada por el Parlamento de Hungría el lunes ha desatado un aluvión de críticas. La norma, que según los estándares internacionales, está muy próxima a la censura, ha recibido duras críticas de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el Instituto Internacional de Prensa (IPI) . Ambos organismos con sede en Viena consideran que la ley supone el control total de la prensa escrita y digital en Hungría y, los medios, ya la califican como la 'Ley mordaza'.
El representante para la libertad de información de la OSCE, Dunja Mijatovic, ha alertado de que la regulación de los medios impresos y on line por medio de la polémica norma, puede reducir mucho tanto la libertad de prensa como el debate público libre, "elementos indispensables de las democracias", según Mijatovic y, además viola las normas de la organización, de la que es parte Hungría. Mijatovic destaca que "regular los medios on line no solo es imposible tecnológicamente, sino que además supone un escalofriante efecto de autocensura sobre la libertad de expresión".
Representantes del Instituto Internacional de Prensa (IPI) realizaron la pasada semana un viaje a Budapest para recoger datos sobre la ley. El lunes, en un comunicado, aseguraron que vigilarán de cerca su aplicación. Su director para el sureste europeo, Oliver Vujovic, considera "preocupante" que la ley haya sido aprobada muy rápidamente y sin consultas con expertos.
Unas 1.500 personas se manifestaron ante el Parlamento el lunes en protesta por la normativa, cuyos detractores destacan que es arbitraria y no es clara sobre cuál debe ser la actuación de la prensa. Esta medida, controvertida nacional e internacionalmente, da al Gobierno de centroderecha del primer ministro, Viktor Orban, amplio control sobre los medios de comunicación, incluido Internet y establece altas multas pecuniarias si sus contenidos "son contrarios al interés público", lo que es muy cercano a la censura y supondrá la desaparición de los medios económicamente mas débiles.
La ley fue aprobada por 256 votos a favor y 87 en contra en un Parlamento en el que la formación política Fidesz (Alianza de Jóvenes Demócratas), tiene más de dos tercios de los escaños, es decir, mayoría absoluta, tras las elecciones de abril. Cuando la normativa entre en vigor el próximo primero de enero, se habrá creado la nueva Autoridad Nacional de Medios y Comunicación NMHH, con cinco miembros, todos simpatizantes o del Fidesz, que lidera Orban.
El órgano estará presidido por Annamaria Szalai, nombrada personalmente por Orban para un mandato de 9 años, y podrá aprobar decretos y reglamentos sin control parlamentario, según establece la ley, a la que se ha dotado de carácter constitucional. Este organismo también escrutará el contenido de los programas de radio, de los periódicos y revistas, públicos y privados, y si descubre que "no dan una visión política equilibrada", serán sancionados con multas de hasta 200 millones de forintos (unos 730.000 euros) para las televisiones con mayor presencia nacional, y hasta 50 millones, para el resto.
Los diarios y los portales de Internet pueden ser castigados con 25 millones de forintos y los semanarios, con 10 millones, cantidades que pueden arruinar a los medios menos potentes dado que deben ser abonadas inmediatamente y aunque la pena haya sido recurrida ante los tribunales. Los directores de los medios pueden ser multados, además, con 2 millones de forintos.
En cuanto a contenidos, la propaganda política sólo será permitida durante las campañas electorales y con ocasión de la convocatoria de consultas populares. Con la nueva medida se pondrá fin al secreto profesional pues los periodistas tendrán que revelar sus fuentes en cuestiones de seguridad nacional, por lo que los informantes dejarán de estar protegidos.
Asimismo, se fusionarán con la agencia estatal de noticias MTI, la radio y las televisión estatales, con lo que se calcula que se perderán 2.850 empleos en la TV Húngara (MTV), Duna TV y en la Radio Húngara, y serán modificados los medios de prensa en Internet y algunos podrían ser cerrados.
Para el Gobierno, la ley es necesaria para adecuar las normas a los cambios tecnológicos, no atenta contra libertad alguna y respeta la legislación sobre comunicación en la Europa Comunitaria, de la que Hungría es miembro. El director de los medios de comunicación estatales ha declarado que los que pierdan sus puestos de trabajo podrán lograr otros en los nuevos medios que creará el Gobierno y en MTI.
La protesta más impactante contra la medida la protagonizaron a mediados de este mes varios periódicos húngaros, como Magyar Narancs y Népszava , que salieron a la venta con sus primeras páginas en blanco, mientras que en el interior acusaban al Gobierno de conculcar los derechos de todos los ciudadanos.
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