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La oposición italiana presenta una moción de censura contra el Gobierno de Berlusconi

Las diferencias entre Berlusconi y su principal aliado de los últimos tres lustros, Gianfranco Fini, están a punto de poner fin a la legislatura

El Partido Democrático e Italia de los Valores han presentado en la Cámara de Diputados italiana una moción de censura contra el Gobierno de Silvio Berlusconi. El Pueblo de la Libertad, partido del primer ministro, ha respondido presentando una cuestión de confianza en el Senado, donde el Ejecutivo tiene todavía una exigua mayoría.

Ninguna de las mociones tiene todavía fecha, pero en todo caso no serán votadas hasta que el Gobierno apruebe los Presupuestos y el plan de Estabilidad: ése es el límite impuesto a la política por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para tratar de no aumentar la inestabilidad y contener la previsible especulación en los mercados internacionales de deuda.

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La ley financiera y el ajuste de 5.200 millones de euros deberían ser aprobados en un plazo de diez o 12 días, si todo va bien, y ese es más o menos el tiempo que le resta por delante al tercer Gobierno de Silvio Berlusconi.

Solo dos años y medio después de ganar las elecciones generales con la mayoría más amplia de la historia republicana, y pese a que el Gobierno siguió ganando los cuatro comicios celebrados en este periodo, las diferencias entre Berlusconi y su principal aliado de los últimos tres lustros, Gianfranco Fini, están a punto de poner fin a la legislatura.

Berlusconi, que asistió el jueves a la cumbre del G20 en Seúl, hizo saber desde allí al presidente de la Cámara que no dimitirá "jamás" de su cargo, y devolvió a Fini el ultimátum que éste le lanzó el domingo pasado invitándole a presentar una moción de censura en el Parlamento.

Fini no necesitaba hacer tal cosa porque ha optado por una solución más expeditiva: los miembros de su partido, Futuro y Libertad, que todavía forman parte del Gobierno dimitirán de sus cargos el lunes como muy tarde. FLI tiene un ministro y tres viceministros en el Gabinete. Eso obligará a Berlusconi a asumir la temida crisis de Gobierno y a afrontar un escenario muy complejo. Si Il Cavaliere dimite o pierde la moción de censura, deberá poner su cargo en manos del jefe del Estado y éste iniciará consultas con todos los grupos parlamentarios para ver si hay una mayoría alternativa capaz de formar Gobierno.

Berlusconi ha intentado cuadrar la fórmula de la "crisis pilotada", es decir presidir él mismo un nuevo Gobierno más sólido, en el que entrarían de nuevo los finianos y los democristianos. Pero ni unos ni otros parecen dispuestos. Fini, de hecho, ofreció el jueves a Umberto Bossi, líder de la Liga del Norte, una opción de seguir adelante pero sin Berlusconi: un Gabinete de centro derecha presidido por el ministro de Economía, Giulio Tremonti, o por el de Interior, Roberto Maroni.

En caso de que no fragüe esa posibilidad, cabe que la oposición en bloque se postule para formar Gobierno, aunque parece poco probable porque el propio Fini estaría en franca minoría respecto al centro izquierda.

El caso es que Berlusconi está contra las cuerdas, en un momento dramático, quizá el más difícil de su carrera política. Muchos fieles sienten que el barco se hunde, las conspiraciones de palacio son intensísimas y curiosamente, nadie habla ya de su principal obsesión, el escudo judicial que debería librarle de sus procesos pendientes.

Sus grandes valedores, el ministro de Justicia Angelino Alfano y su abogado Niccolò Ghedini, llevan varias semanas desaparecidos de la actualidad. La política subterránea de la Primera República ha regresado y Berlusconi teme incluso que la propia Liga acabe asestándole la estocada final, como hizo ya en 1994. Y eso, como ha dicho Ezio Mauro, director de La Repubblica , "mete a Berlusconi en la pesadilla de acabar perdiéndolo todo".

Todo significa en el caso de Berlusconi un imperio. Como apunta hoy el Financial Times , en los últimos dos días las acciones de Mediaset han perdido cerca del 10% en la bolsa de Milán, disminuyendo en unos 600 millones el valor de la compañía. En los ambientes financieros internacionales, apunta el FT, la pérdida se asocia a los problemas políticos del Cavaliere y tiene incluso su término acuñado: el "Berlusconi discount".

Pero los riesgos de esta etapa histórica de venganzas, escándalos y baja política son también enormes para Italia y el 'sistema país'. Hoy, el diferencial entre los bonos a diez años que emite el Tesoro italiano y los del Estado alemán ha alcanzado su máximo histórico desde que existe el euro: el pico más alto ha alcanzado esta mañana los 191,2 puntos base. Claro que lo mismo, pero peor, ha sucedido con los tipos de la deuda española, que vuelan a 232,4 puntos base.

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