Nueve turistas portugueses mueren en un accidente de autobús en Marruecos
El autobús, de matrícula y conductor español y en el que viajaban 44 personas, se ha precipitado por un barranco
Telmo Miranda, portugués, director del crucero Funchal da órdenes frenéticas a través del walkie-talkie y del teléfono móvil. Nueve de los pasajeros de su barco, todos de nacionalidad portuguesa y ocho de ellos mujeres, han fallecido esta mañana a las 9.15 hora de Madrid en un accidente de autobús cuando se dirigían desde el puerto de Ceuta a la ciudad marroquí de Tetuán para pasar una mañana de turismo y compras.
En el autobús, en el que viajaban 44 personas, no hubo apenas ningún pasajero que saliera del todo ileso. Además de los nueve fallecidos, se han registrado 14 heridos de consideración, 11 de ellos graves, que han sido distribuidos por distintos hospitales del norte de Marruecos. El resto, casi todos con magulladuras y cortes han podido subirse a los otros cuatro autobuses que formaban la caravana, para regresar a Ceuta. A primera hora de la tarde, el sobrecargo Miranda y el resto de la tripulación esperan a que un grupo de turistas pase la frontera y dispone lo necesario para poder atender a los heridos graves que han quedado en tierra marroquí. La intención del Funchal es zarpar esta misma tarde o por la noche, aunque no se ha fijado una hora para la partida.
Lucia Riveiro, de 33 años y natural de Oporto, viajaba en el autobús número 5, el que cerraba al caravana. "Lo único que pude ver fue al autobús número 1 metido en el fondo de un río", afirma. El autocar siniestrado iba conducido por Juan Antonio Medina, dueño de la empresa Abyla Tur y que tiene 25 años de experiencia al volante, y que nunca había sufrido un siniestro mortal. Molina, que se encuentra en observación en un centro sanitario de la ciudad de M'Diq (antiguo Rincón), prestará declaración ante las autoridades portuguesas previsiblemente mañana jueves.
Por causas que todavía no se han aclarado -algunas fuentes apuntan a presencia de grasa en la calzada, otras hablan de exceso de velocidad- el autocar volcó y cayó por un precipicio de dos metros al final de una cuesta. El vehículo quedó boca abajo. "Había gente gritando y una niña de unos diez años llorando. Tuvimos que sacarlos nosotros del vehículo", afirman Andrés Simoes y Elena Silva, una pareja de 21 años que viajaba en el autobús número 3, justo detrás del que sufrió el accidente. Esta pareja se queja de que las primeras ambulancias tardaron "más de una hora en llegar y vinieron sin equipamiento". Fuentes de la Protección Civil marroquí aseguran que al lugar se desplazaron un total de nueve vehículos sanitarios. "Las labores de rescate estuvieron coordinadas por el gobernador de la provincia", afirman las mismas fuentes.
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