"Somos libres por el martirio de Zapata"
Los siete primeros excarcelados por el castrismo llegan con sus familias a Madrid.- Los presos, que salieron como inmigrantes, recibirán permiso de residencia y trabajo
Unidos, estrechándose por los hombros, los brazos levantados y haciendo el gesto de la uve de victoria. Las muchas horas de vuelo no impidieron que los primeros siete presos políticos cubanos excarcelados por el régimen de Raúl Castro mostraran en sus rostros la felicidad por la libertad recuperada, aunque al precio de tener que salir de su país. Pocos minutos después de llegar junto a sus familiares al aeropuerto madrileño de Barajas, los siete comparecieron en una sala de autoridades abarrotada de periodistas.
Los siete -Julio César Gálvez, Léster González, Omar Ruiz, Antonio Villarreal, José Luis García Paneque, Pablo Pacheco y Rodrigo González-, todos miembros del llamado Grupo de los 75, el grupo de disidentes detenidos por el régimen en la primavera de 2003 y condenados a penas de hasta 28 años de cárcel, se quedaron en la sala apenas diez minutos. Insuficientes para convertir la comparencia en una rueda de prensa -solo se aceptaron dos preguntas-, pero bastantes para dejar claro en el comunicado que uno de ellos leyó que si habían logrado la libertad después de siete años de "injusto cautiverio", lo debían al "martirio de Orlando Zapata Tamayo [muerto en febrero tras una huelga de hambre], a la demanda de Guillermo Fariñas tras 135 días en huelga de hambre, a la fe y la insistencia inquebrantable de las Damas de Blanco y del exilio cubano". Mientras leía el comunicado, la voz de Julio César Gálvez se mantuvo firme. "Detrás de nosotros han quedado 45 hermanos de los sucesos de marzo de 2003 y muchos prisioneros políticos quedan en las cárceles de la isla", leía Gálvez.
"Tenemos la esperanza de que los que quedan en Cuba gocen de las mismas libertades que nosotros tenemos en este momento", seguía el texto. Los siete definen su llegada a España como "el inicio de una nueva etapa para Cuba y todos los cubanos". De los otros seis, solo tomó la palabra el ex corresponsal de Reporteros Sin Fronteras Rodrigo González. "Hay un proverbio chino", dijo, "que dice que el camino más largo comienza con un primer paso. Esto no es el primer paso pero no será ni muchísimo menos el último (...) Una palabra recorre Cuba y es cambio ", añadió, "pero para nosotros la palabra cambio significa libertad".
Los siete estaban vestidos con trajes y corbatas que les entregaron las autoridades cubanas antes de subir al avión, según comentaron algunos allegados. Llegan a España con un estatuto cubano de emigrantes y no como asilados políticos. España les dará un estatus de "residencia protegida" y les otorgará un permiso de trabajo. El hecho de que Cuba les defina como inmigrantes supone que en teoría pueden volver en un futuro a la isla. Según el acuerdo al que Raúl Castro se comprometió el 7 de julio con el cardenal Jaime Ortega y el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, los familiares de los presos podrán volver a Cuba libremente, mientras que los ex detenidos tendrán que pedir una autorización. De los 45 disidentes del Grupo de los 75 que quedan en la isla, 13 ya tienen autorización de salir del país. Otros dos presos excarcelados, acompañados por una quincena de familiares, tienen previsto llegar hoy a Madrid.
Más allá de los términos técnicos, González, en su breve declaración, dio su propia definición de la situación en la que se encuentran. "El exilio para nosotros", dijo, "es la prolongación de la lucha". Para la disidencia cubana en España la llegada de los presos es "agridulce", como dijo la escritora Zoe Valdés, que acudió a Barajas a recibir a los ex prisioneros con otros exiliados. Entre ellos, Blanca Reyes, representante en Europa de las Damas de Blanco y esposa del periodista Raúl Rivero. "Es una mezcla de alegría y dolor, porque para vivir en libertad tienes que salir de tu país", dijo Reyes, quien considera la excarcelación de los presos como un "convenio" firmado por un Gobierno que se "ahoga". La misma opinión comparten otros exiliados, informa Maite Rico. "Esta excarcelación es un hecho positivo, pero quedan más presos, quedan vigentes las leyes represivas y no hay voluntad de cambio. Las celdas las van a llenar rapidito: ayer mismo un disidente fue golpeado y detenido en Cienfuegos", explica Carlos Payá, hermano de Oswaldo Payá, promotor del Proyecto Varela a favor de la democratización de Cuba, que ha llevado a la cárcel a buena parte del Grupo de los 75. "Ahora han cambiado de táctica y condenan a los disidentes por delitos comunes".
Alejandro González Raga, detenido también en 2003 y deportado a España en 2008, no logró ver a sus compañeros de celda en el aeropuerto ("no entiendo esta falta de transparencia", decía), pero sí pudo hablar con ellos en el centro de acogida donde han sido ingresados. "A algunos, como García Paneque y Omar Ruiz, los he visto muy deteriorados físicamente. Aunque las secuelas suelen ser sobre todo psicológicas". Están, dice, contentos por estar libres, pero "en estado de shock, porque los llevaron de la celda directamente al avión".
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