Frente común del peronismo disidente

"Los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos", canta la marcha del Partido Justicialista (PJ, peronista) y por eso tal vez han decidido aparcar los personalismos y aliarse todos los dirigentes de esta fuerza que se oponen a su presidente, Néstor Kirchner, el marido de la jefa de Estado de Argentina, Cristina Fernández. Después de meses de negociaciones secretas, los máximos exponentes del peronismo disidente, entre ellos el ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003), acordaron el miércoles por escrito en un despacho del Senado que en las elecciones generales del año próximo llevarán un candidato común, ya sea dentro de las primarias del PJ o por fuera de esa estructura, dominada por Kirchner. Los peronistas disidentes reaccionaron así a la mejoría de la imagen de los Kirchner, de la mano de la fuerte recuperación económica latinoamericana tras la crisis global, y al impulso que tomó una eventual candidatura presidencial del radical Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1999), después de su sorprendente victoria en los comicios del domingo para definir los cargos partidarios en la provincia de Buenos Aires, donde votan más de dos tercios de los argentinos.

Separados, algunos peronistas disidentes parecían condenados a quedar detrás de Kirchner, cuya candidatura está promovida por sus principales diputados, debajo del radicalismo y sus aliados, e incluso quizás relegados frente a otras fuerzas como la derecha de Propuesta Republicana (PRO), del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, y la izquierda de Proyecto Sur, del cineasta y diputado Fernando Pino Solanas. Por eso se firmó el acuerdo de unidad del peronismo opositor, y algunos de sus referentes no descartan una alianza posterior con Macri. Los suscriptores del acuerdo fueron Duhalde, otros aspirantes a la presidencia argentina como los diputados Francisco de Narváez (el empresario que derrotó a Kirchner en las legislativas del año pasado) y Felipe Solá, y los gobernadores de la provincia de Chubut (sur de Argentina), Mario Das Neves, y de San Luis (oeste), Alberto Rodríguez Saá. También lo rubricó el senador que nunca se decide a postularse a la Casa Rosada, Carlos Reutemann, el que fuera subcampeón de la fórmula 1 en 1981. Todavía no han decidido cómo elegirán a su candidato, pero, si se deciden a competir dentro del partido fundado por el ex presidente Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-74), casi con seguridad deberán enfrentarse en las primarias a Kirchner, que antecedió a su esposa en el Gobierno (2003-2007). En la Unión Cívica Radical (UCR), las primarias pueden llegar a enfrentar a Alfonsín con el vicepresidente de Argentina, Julio Cobos, que llegó a ese cargo en un frente con el kirchnerismo que después se rompió por el conflicto de Fernández con los agricultores en 2008.

Duhalde opinó el jueves en FM Millenium que "es obvio" que a Kirchner le preocupa la unidad del peronismo disidente: "En la última elección no le fue bien y ahora estamos convencidos de que le va a ir muy mal". Duhalde condujo a Argentina en los primeros pasos de la recuperación de la crisis argentina de 2001 y 2002, pero su imagen en los sondeos es negativa porque en la memoria de muchos argentinos han quedado sus medidas impopulares, como la devaluación del peso, la pesificación de los depósitos en dólares y las dos muertes en la represión de piqueteros (parados que cortan calles como medio de protesta). El jefe del Gabinete de Ministros de Fernández, Aníbal Fernández, le respondió a Duhalde por Radio Continental: "La foto [de los peronistas disidentes] no me dice nada. La preocupación nuestra es juntar votos, no preocuparnos por otros". La semana pasada, Aníbal Fernández había admitido la posibilidad de que la presidenta argentina buscara la reelección, en lugar de que su marido la intentase reemplazar en 2011.