Obama apoya a los homosexuales en el Ejército
El Gobierno de EE UU aprueba una propuesta que puede permitir que los soldados expresen su condición sexual
La Casa Blanca ha dado luz verde para que el Congreso de Estados Unidos comience a dar los pasos necesarios para derogar la ley conocida como Don?t Ask, Don?t Tell y que obliga a los gays a no revelar su sexualidad dentro del Ejército si no quieren ser expulsados de las filas. En la noche del lunes, el presidente Barack Obama, el Pentágono y legisladores demócratas llegaban a un acuerdo en la redacción de una propuesta que debería ser votada esta semana e iniciar un largo proceso de conciliación en el Capitolio, donde se espera que su viaje no sea fácil debido a la oposición de conocidos senadores republicanos como John McCain.
Derogar la ley promulgada en 1993 por el entonces presidente Bill Clinton y que no permite servir abiertamente en el Ejército a los gays es una promesa de Barack Obama en la que incidió en el discurso del Estado de la Unión de principios de año y a las pocas semanas de ganar la presidencia en 2008.
Sin embargo, aunque el Congreso llegase a derogar la medida esta no entraría en vigor hasta que el Pentágono complete su estudio sobre el impacto que la aceptación de homosexuales y lesbianas tendrá entre las tropas -se sopesa el eventual abandono en masa de efectivos-. Esa es la condición que ha puesto Obama a la exigencia de los grupos de defensa de los derechos de los homosexuales que llevan meses presionando a la Administración para que insuflase vida a la iniciativa ante el temor de que los demócratas pierdan las elecciones de mediados de mandato del próximo noviembre y el compromiso de Obama quede en nada. El Pentágono tiene como plazo para completar su análisis el 1 de diciembre.
Desde Human Rights Campaign, una de las principales organizaciones de defensa de los derechos de los homosexuales -y basada en Washington-, aseguraba ayer en un comunicado que el anuncio de la Casa Blanca "allana el camino para cumplir con la solicitud del presidente de poner fin al Don't Ask, Don't Tell este año". Lo que no está claro es que la Casa Blanca cuente con los votos necesarios en la Cámara de Representantes y el Senado para revocar la legislación de 1993.
Un gran apoyo de cara a cómo puede afectar la noticia entre las tropas es el anunciado por el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, quien ayer dijo que aceptaba el primer acuerdo alcanzado por la Casa Blanca con los legisladores. Gates considera sin embargo que el departamento de Defensa debería revisar la cuestión antes de la adopción de una ley final.
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