Primeras cargas policiales en la cumbre del G-20
La policía dispersa con gases y pelotas de goma una marcha no autorizada de 2.000 personas
La cumbre que reúne a los países ricos y emergentes del G-20 en la ciudad estadounidense de Pittsburgh (Pensilvania) ha sido recibida por protestas de manifestantes críticos con el capitalismo y la globalización. Horas antes del inicio de las reuniones, que arrancarán a las 9.30 de la mañana (15.30, hora peninsular), ya se han registrado las primeras cargas policiales contra los participantes en una marcha por el centro de la ciudad, en la que viven alrededor de 300.000 personas, que no estaba autorizada.
Los agentes han dispersado con gases lacrimógenos y pelotas de goma a una multitud formada por alrededor de 2.000 personas que se ha concentrado en el centro de la ciudad coincidiendo con la llegada de los líderes mundiales. Los agentes han ordenado por megáfonos a los manifestantes que se alejaran de las inmediaciones del área donde se desarrollarán las reuniones. Las fuerzas de seguridad han hecho retroceder varias calles a los protestantes, pero los dos bandos se han enfrentado en Lawrenceville, a una distancia de 1,6 kilómetros del área reservada para la cumbre.
Consulta el Especial de CincoDías sobre la cumbre de Pittsburgh.
La multitud ha roto lunas de varios comercios y restaurantes, así como el escaparate de un concesionario de coches y de un banco en una zona a escasos dos kilómetros del centro de convenciones. Una de las zonas que más ha sufrido las batallas campales entre la policía y los manifestantes ha sido Bloomfield, conocida como la pequeña Italia de Pittsburgh.
Pese a las protestas, el centro de la ciudad está blindado con fuertes medidas de seguridad ante la cumbre. Miles de efectivos -entre soldados, policías y fuerzas de seguridad locales-, con el apoyo de helicópteros, protegen el centro de convenciones en que se desarrollará la cumbre.
Más de 65 agencias gubernamentales participan en el dispositivo de seguridad, no sólo para proteger a los jefes de Estado y de Gobierno, sino también para mantener bajo control a los activistas. A los cerca de 1.000 policías de la ciudad se han sumado un batallón de combate de la Guardia Nacional recién regresado de Irak, así como 3.000 agentes adicionales de las fuerzas de seguridad estatal y nacional. Ya en la cumbre de abril pasado en Londres, se demostró que los activistas contra el capitalismo y la globalización consideraban al G-20, que incluye países en vías de desarrollo e industrializados, tan culpables de los males del capitalismo como a los países ricos del G-7, contra los que normalmente dirigían sus protestas.
Los líderes mundiales se reúnen con el propósito de equilibrar el crecimiento mundial y están cerca de los primeros acuerdos. Según publican los medios estadounidenses, que han tenido acceso a un proyecto de comunicado final, los miembros del grupo, ampliado para la ocasión a España y Holanda, tienen un principio de acuerdo para contener los excesos empresariales que fueron el germen del deterioro de los mercados, entre los que están las primas de los altos ejecutivos.
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