Hillary Clinton termina su gira africana prometiendo más compromiso de EE UU
Durante la última etapa, en Cabo Verde, priman los temas de cooperación bilateral
La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, ha partido hoy desde la isla de Sal, en Cabo Verde, tras completar una gira africana que se inició el pasado día 5 en Kenia y continuó por Suráfrica, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria y Liberia. En cada uno de los países visitados en su primer viaje oficial por África desde que asumió la Secretaría de Estado, la jefa de la diplomacia estadounidense subrayó la importancia de hacer frente a la corrupción y establecer buenos gobiernos, para atraer las inversiones y la asistencia extranjeras.
Durante su visita de pocas horas a Cabo Verde, Clinton se ha entrevistado con el primer ministro de esa antigua colonia portuguesa, José María Neves, sobre temas de cooperación bilateral, con énfasis especial en las cuestiones económicas.
El presidente no la acompañó en su gira, pero Hillary Clinton se refirió una y otra vez a los orígenes de Barack Obama, cuyo padre era keniano, para recalcar las intenciones de Washington de mejorar sus relaciones con este continente. "El presidente se considera un hijo de África", reiteró a lo largo de once días en África subsahariana. Pocas horas antes de salir de la isla de Sal, Clinton volvió a subrayar la voluntad del Gobierno de Obama de implicarse en la consecución de las esperanzas y aspiraciones de los pueblos africanos siempre que éstos se muestren dispuestos a fomentar los procesos democráticos y eliminar el cohecho.
En Kenia, Clinton se sirvió de la popularidad local de Obama para insistir en el mensaje que éste ha convertido en pilar principal de su acercamiento a África: El desarrollo del continente sólo se logrará si se erradica la corrupción y se establecen gobiernos fiables. También se mostró decepcionada con los líderes políticos locales ya que estos se han negado a crear un tribunal especial que juzgue a los responsables de una oleada de violencia que estalló después de las elecciones presidenciales de 2007 y en la que murieron más de 1.000 personas, según la prensa local.
Como rival de Obama hasta perder las elecciones primarias de los demócratas, Clinton supo usar su propio ejemplo para llamar a la reconciliación en Liberia, único país africano liderado por una mujer, Ellen Johnson-Sirleaf, y la República Democrática del Congo. "Pasé dos años y gasté mucho dinero compitiendo como candidata con el [ahora] presidente Obama, y el ganó. Luego, me puse a trabajar con el objetivo de que fuese elegido. Y después, para mi gran asombro, me ofreció el cargo de secretaria de Estado", contó ante los políticos en Liberia quienes recibieron sus palabras con ovaciones.
En su visita a República Democrática del Congo, la jefa de la diplomacia de EE UU quiso centrar la atención en el sufrimiento de las mujeres en el este del país víctimas de violaciones y otras vejaciones sexuales en medio de una guerra sin tregua. Pero la mayoría de los medios estadounidenses prefirió destacar su enfado ante la pregunta de una estudiante de universidad por la opinión de su marido, Bill Clinton, sobre asuntos de política exterior. La discusión de la respuesta de la diplomática, "mi marido no es secretario de Estado, lo soy yo" en blogs, cadenas de televisión y diarios evidencia la fascinación que suscitan los Clinton como pareja política y que a veces ensombrece el trabajo en solitario de Hillary.
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