Los representantes de Zelaya dan por fracasadas las negociaciones de Costa Rica
Óscar Arias había ofrecido horas antes una nueva salida diplomática a la crisis en Honduras
"El diálogo ha fracasado". Así de tajante se ha mostrado este miércoles la delegación que representa al depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en el proceso de mediación liderado por el presidente de Costa Rica. Pese a la nueva propuesta de acuerdo del costarricense, Óscar Arias, basada en la creación de un "Gobierno de unidad y reconciliación nacional" y que se fundamenta en la restitución de Zelaya en el poder, la ex ministra de Energía Rixi Moncada ha dado por frustradas las negociaciones.
Su delegación, ha subrayado, ya había aceptado la propuesta original presentada por Arias el pasado sábado y que fue rechazada por la comisión del presidente de facto, Roberto Micheletti. "El proceso de San José ha fracasado por la intransigencia del gobierno golpista", ha asegurado en declaraciones a la prensa. La representante de Zelaya ha insistido en que el mandato de la comunidad internacional ha sido la restitución incondicional del gobernante en la presidencia de Honduras.
Tras el rechazo de plano que supuso por parte de la delegación de Micheletti la primera de las propuestas -su primer punto era que Zelaya volviera al poder-, Arias presentó ayer miércoles (madrugada del jueves en España) la Declaración de San José, en la que se solicita una amnistía que "deberá garantizar la seguridad de las personas que queden bajo su amparo", y la renuncia a "promover o apoyar cualquier consulta popular para reformar la Constitución".
El Gobierno "de reconciliación" que plantea la Declaración de San José deberá estar liderado por el mandatario depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, según la propuesta de Arias, que incluso establece una fecha exacta para su retorno al país, que sería, de aceptar las partes, el próximo viernes. Vuelve a recoger, además, los siete puntos originales, entre los que destacan un adelanto de las elecciones hondureñas para el próximo 28 de octubre y una amnistía para delitos políticos.
La restitución de Zelaya en el poder fue precisamente el punto que había dado al traste con el diálogo celebrado el pasado fin de semana, pues el gobierno de Roberto Micheletti, nombrado presidente de Honduras por el Congreso tras la destitución de Zelaya, manifestó su rotunda oposición a acatarlo.
Arias se aprestaba a leer el texto a las 16.20 hora local (00.20 en la España peninsular). Era este el esfuerzo extra del mediador y de la comunidad internacional contra la honda intransigencia entre los representantes de Zelaya y de Micheletti en dos rondas de conversaciones realizadas en San José. El retorno de Zelaya al poder era el punto primero e infranqueable.
Una opción que se ha barajado en medios diplomáticos es, incluso, dedicar al tema una cumbre de presidentes de Centroamérica, México y Colombia programada para mediados de la próxima semana en un complejo turístico del Pacífico norte de Costa Rica.
El anuncio de Arias intenta evitar que la presión acumulada en Honduras entre grupos sociales favorables a Zelaya y las fuerzas de seguridad oficiales, ahora bajo el mando del régimen de Micheletti, acabe por desbordarse. La nueva propuesta de Arias intentaría evitar también las decisiones radicales de las partes, incluido el regreso que Zelaya anunció por la fuerza a su país, apoyado por grupos sociales y, por supuesto, el aparato diplomático de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) que dirige Hugo Chávez, presidente de Venezuela. La hora, el método y el lugar de ese retorno son otros de los secretos o de las estrategias de incertidumbre que circulan en la región.
El régimen de Micheletti ha insistido en que el regreso de Zelaya es "inaceptable" e incluso ha expresado estar dispuesto a resistir a la presión que ejercen la Unión Europea y Estados Unidos, cuyas millonarias ayudas a Honduras están ahora en el aire.
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