"En Gaza al final aparece lo que la UNRWA necesita para la reconstrucción"
Fabian McKinnon, director de relaciones externas de la agencia de la ONU, sugiere que los materiales del plan de rehabilitación de la agencia llegan a través de los túneles
"Que la comunidad internacional prometa fondos para Gaza se convierte en algo irreal cuando ni siquiera el acceso humanitario es factible", estima Fabian McKinnon, director de relaciones externas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Los líderes de cerca de 70 países comprometieron el pasado 2 de marzo en la conferencia de donantes de Sharm el Sheik (Egipto) 3.561 millones de euros para la reconstrucción de la Franja. Sin embargo, "de los 500 camiones diarios" que resultarían imprescindibles para cubrir la ayuda humanitaria básica, "Israel sólo permite la entrada de 120". Además, "sólo pueden transportar 13 artículos, de los más de 200 que la UNRWA considera indispensables para atender las primeras necesidades" alimenticias y sanitarias.
"Es difícil evitar la palabra 'criminal' con Israel"
"La realidad de Gaza está basada en una visión excluyente del Islam"
"La comunidad internacional dice que simpatiza con Gaza pero lo que verdaderamente se requiere es hacer presión ante Israel", protesta McKinnon, que "difícilmente" puede evitar utilizar la palabra "criminal" para describir la actuación del Gobierno israelí. "Encarcela a un pueblo en 350 kilómetros cuadrados, lo bombardea durante más de tres semanas, mata a más de 1.300 civiles, mata a 431 niños y luego impide el acceso de la masa crítica de ayuda humanitaria. Es como si atropello a una persona en la calle, la dejo sangrando y rehúso a que la lleven al hospital", protesta. Y no es, según el diplomático de la ONU, "una opinión subjetiva" porque las decisiones de Tel Aviv responden a una violación del Derecho Humanitario Internacional: "La fuerza ocupante tiene responsabilidades con el pueblo ocupado".
Israel ha demostrado que el eslogan de "destruir la infraestructura de guerra de Hamás" era falso porque el resultado ha sido la aniquilación de la infraestructura de paz. Las fábricas, las pequeñas empresas, el zoológico de Gaza, las viviendas y las escuelas no escaparon a la artillería israelí. "El ejército de Israel conoce la Franja al milímetro, sin olvidar que la UNRWA le había proporcionado las coordenadas de todas sus instalaciones", asegura McKinnon. A pesar de ello, 37 edificios de la UNRWA resultaron afectados. "¿Cómo justificar esto cuando la calibración de los armamentos es sumamente precisa?", se pregunta.
Pero hablar de reconstrucción es todavía una fantasía. "Será a largo plazo", a pesar de la recaudación obtenida en Sharm el Sheik, y "supondrá la entrada de materiales como cemento o componentes eléctricos, todavía prohibidos". Sin embargo, la UNRWA ha conseguido sortear los bloqueos israelíes y ha puesto en marcha un "Plan de Rehabilitación Inmediata", para afrontar tareas como la reparación de escuelas dañadas, la contratación de profesores o el incremento de ayuda humanitaria.
"Lo hemos diseñado sabiendo que el problema del acceso de los materiales de construcción no se iba a solucionar, como ha sido y seguirá siendo". El proyecto, que requiere de 475 millones de dólares (373 millones de euros), de los que ya se han financiado la mitad, está basado en servicios. "Mandamos ingenieros que van a las casas, estiman lo que hay que hacer, programan con la gente de Gaza los plazos y dan un pequeño monto de dinero. Vuelven en unas semanas para comprobar lo que se ha hecho". Y la pregunta resulta evidente: ¿Cómo se adquieren estos materiales si están prohibidos? "Aparecen en el mercado de Gaza, la gente, de alguna manera u otra los consigue", responde McKinnon, que sonríe y se encoge de hombros al proponer los túneles subterráneos como vía de entrada. "Pero el plan ya está en marcha y funciona", continúa.
Aunque Gaza es el escenario más mediático, McKinnon no deja escapar la oportunidad de recordar que la agencia opera en todos los campos de refugiados, cerca de cuatro millones y medio de palestinos repartidos entre Líbano, Siria, Jordania y los Territorios Ocupados. "La capacidad de respuesta de la UNRWA depende de su estructura institucional, en peligro por el déficit de 124 millones de dólares (98 millones de euros) de la agencia", insiste el diplomático.
La UNRWA y Hamás
Como miembro del Cuarteto, la ONU no mantiene conversaciones con Hamás, considerado por EE UU y la UE como un grupo terrorista. "A nivel operativo, para distribuir la ayuda humanitaria, estamos en territorio de Hamás y lo coordinamos con ellos", explica McKinnon. Minimiza, además, el conflicto con el Movimiento de Resistencia Islámico cuando el pasado 6 de febrero miembros de Hamás robaron camiones de la UNRWA: "Fueron devueltos en 48 horas y aunque pueda parecer ingenuo, pudo tratarse de un error porque entran 120 camiones por día y no ha vuelto a ocurrir". Si del millón y medio de habitantes de Gaza, la UNRWA atiende a un millón, "es evidente que Hamás no tiene ningún interés en dificultarnos la actuación".
Junto a la rehabilitación y la ayuda humanitaria, el enviado de la ONU, insiste en la importancia de la educación: "El currículum de las más de 700 escuelas que gestionamos está basado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es la manera más objetiva de retomar los valores de pluralismo y tolerancia". En la Franja, la UNRWA opera en 200 colegios, que comenzaron a funcionar seis días después del conflicto, y que conviven con los centros educativos de Hamás. "Gaza es otra realidad, que no deseo criticar, pero que responde a una visión excluyente del Islam... Y es muy poderoso lo que se le enseña a un niño de 6 o 10 años", sugiere McKinnon, que propone intentar derribar la visión polarizada de un mundo en el que se ha caricaturizado de manera grotesca la visión del Islam en Occidente y de Occidente en el Islam como un primer camino para lograr la paz en Oriente Próximo
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