Muere a los 95 años Mark Felt, la 'Garganta Profunda' del Watergate
Informó a los reporteros de 'The washington Post' Woodward y Bernstein del escándalo que costó el puesto a Nixon en 1974
EE UU se ha quedado hoy sin una de las figuras más legendarias de la historia del periodismo y sin un personaje clave, tanto que, sin que nadie conociera su identidad, forzó la dimisión de todo un presidente, el único entre los 43 inquilinos de la casa Blanca. Esta noche ha fallecido, a los 95 años, Mark Felt, Garganta Profunda, la fuente de Bob Woodward y Carl Bernstein, reporteros de The Washington Post, sobre el caso Watergate, el escándalo que costó el puesto a Richard Nixon en 1974.
Ha sido su familia la que ha informado de la muerte de Felt en su casa California, a la edad de 95 años. Lamentablemente, Felt ya no era consciente de su importancia, de su leyenda, porque padecía una demencia desde hace años.
Durante 30 años, mientras Felt envejecía en California, medio mundo especulaba con la identidad de Garganta profunda, ese alias tomado de una película porno que designaba a la fuente anónima que puso en manos de Bernstein y Woodward la mayor exclusiva de la historia. Los reporteros juraron no revelar la identidad de su fuente hasta su muerte, pero en 2005, la revista Vanity Fair dio la segunda mayor exclusiva de la historia, la identidad de esa Garganta que derribó a Nixon por espiar al partido demócrata. "Soy el tipo al que solían llamar Garganta Profunda", escribió Jonh O'Connor, su abogado.
Se supo entonces que la fuente se llamaba Mark Felt y que era número dos del FBI en la época del Watergate. Watregate era el nombre del complejo hotelero de Washington donde se celebró la Convención Demócrata de 1974. Hombres enviados por Nixon allanaron las oficinas del partido Demócrata en la Convención. Ese intento de espionaje al partido demócrata fue objeto de una serie de reportajes e informaciones de Woodward y Bernstein que, finalmente, terminaron con la dimisión de Nixon.
Durante muchos años, Felt nego ser Garganta profunda, aunque su posición como número dos de la policía federal le convertía en un claro candidato y pese a que el propio Nixon sospechó de él. Según contó Woodward años después de los hechos, Felt "sólo sentía desprecio" hacia la administración de Nixon y pensó que el deber del FBI, pese a ser parte de la administración, era denunciar los abusos del presidente y su gabinete, que no se limitaban a haber entrado en las oficinas del partido rival.
Así, fue dando a los reporteros las instrucciones para destapar el escándalo: Woodward y Felt se comunicaban con un complejo sistema que incluía mensajes cifrados en los anuncios por palabras o citas en garajes subterráneos. El resultado fue la dimisión de Nixon y la condena de hasta 30 miembros de su administración, incluyendo el fiscal general, John Mitchell, condenado a 19 meses de cárcel por conspiración, obstrucción a la justicia y perjurio.
El mes pasado, Woodward y Bernstein visitaron a Felt en Santa Rosa (California). Era la primera vez que Bernstein se encontraba con él, ya que sólo se comunicaba con su compañero. Nacido el 17 de agosto de 1913 en Twin Falls (Idaho), Felt llegó a Washington a principios de los años 40 y entró en el FBI en 1942. Trabajó en la sección de espionaje de la agencia durante la II Guerra Mundial y posteriormente en otras secciones. Ascendió a número tres del FBI en 1971 y quedó frustrado cuando Nixon nombró a L. Patrick Gray como jefe de la agencia después de la muerte del mítico J. Edgar Hoover, in 1972.
No todo fueron buenas noticias para él tras el Watergate. Fue condenado en 1980 por autorizar allanamientos ilegales en cinco viviendas de Nueva York y Nueva Jersey como parte de una investigación del FBI al grupo radical ecologista Weather Underground. Fue multado con 5.000 dólares, pero el presidente Ronald reagan le indultó en 1981. Felt estaba casado y tenía dos hijos.
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