El Supremo venezolano ratifica la nacionalización de la industria cementera
Tres empresas francesas, mexicanas y suizas controlaban el sector en Venezuela
El Tribunal Supremo de Justicia venezolano ha avalado esta tarde (madrugada española) el decreto de nacionalización de la industria cementera venezolana que el presidente del país, Hugo Chávez, decretó hace dos meses. La sentencia considera la producción de cemento como de "innegable valor estratégico para el desarrollo económico y social del país". La producción se encuentra hasta el momento en manos de la empresa mexicana Cemex, de la francesa Lafarge y de la suiza Holcim.
Chávez justificó la medida en su día argumentando que el Estado necesita la industria porque "ha habido una explosión (de crecimiento) en la construcción". La compañía mexicana controlaba el 50% de la producción cementera del país, mientras que las otras dos compartían a partes iguales la otra mitad de la producción. El jefe de estado también había recordado que la industria había sido privatizada cinco años antes de su llegada al poder en 1999.
"Quiero garantizar que nosotros respetamos el derecho de esas empresas. Venezuela ha demostrado ser un país responsable; es decir, reconoceremos sus activos y les pagaremos hasta el último centavo, pero vamos a recuperar las empresas de cemento privatizadas y (entregadas) a multinacionales", aseguró Chavez al decretar la nacionalización. El Gobierno venezolano mantiene en estos días negociaciones con las tres empresas para determinar el valor de la indemnización que el Estado les pague.
El sindicato de Cemex han expresado su satisfacción, ya que considera que los márgenes de beneficio de la compañía no se correspondían con los salarios de los trabajadores. El ministro de Trabajo venezolano, José Ramón Rivero ha advertido de que no tolerará despidos durante la transición de las empresas de la gestión privada a la pública.
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