Una monja venezolana sube a los altares

Decenas de miles de venezolanos se congregaron ayer en los estadios de béisbol y fútbol de la Ciudad Universitaria de Caracas para presenciar la misa de beatificación de Candelaria de San José. Se trata de la segunda persona nacida en Venezuela que asciende a los altares, tras la Madre María de San José, beatificada en 1995.

El acto, celebrado bajo un sol inclemente a pleno mediodía, fue encabezado por el cardenal José Saraiva, prefecto para la Causa de los Santos, enviado del papa Benedicto XVI. Buena parte de los miles de personas congregados en el estadio procedían del interior del país, donde la religión tiene un fuerte arraigo.

La madre Candelaria de San José fue una religiosa carmelita nacida el 11 de agosto de 1863, con el nombre de Susana Paz Castillo Ramírez, en Altagracia de Orituco, Estado de Guárico, en las llanuras venezolanas. Su trabajo se centró en un hospital para atender a los heridos de las guerras civiles que asolaban Venezuela a finales del siglo XIX y principios del XX.

La beatificación cristalizó después de que se probara un milagro desde el punto de vista científico. Fue el caso de la niña Milagros Candelaria Bermúdez, quien según los estudios médicos había muerto en el vientre de su madre, Rafaela. Para sorpresa de los médicos, la niña nació en perfecto estado de salud y tiene ahora nueve años de edad.

Durante unos instantes, en el estadio se escuchó una ovación sólo comparable con las que se producen en las jornadas del béisbol. Fue cuando una religiosa hizo votos por la pronta beatificación del doctor José Gregorio Hernández, un médico adorado como santo por millones de venezolanos, aunque su causa no ha logrado progresar en el Vaticano.