Asesinado un ex asesor del Gobierno guatemalteco de origen venezolano

El experto en seguridad de origen venezolano y naturalizado guatemalteco, Víctor Josué Rivera, de 62 años, fue acribillado en la madrugada de ayer a pocos metros de su residencia, en el Bulevar de Vista Hermosa, uno de los sectores más exclusivos de la capital de Guatemala. Rivera, que había sido destituido de su cargo como asesor del Ministerio del Interior el 31 de marzo, iba acompañado de su secretaria, María del Rosario Melgar Martínez, de 45, que resultó herida de bala.

La policía informó de que, de acuerdo con las primeras investigaciones, Rivera y su acompañante acababan de salir de un restaurante cuando se produjo el ataque. Según la versión oficial, el ataque se produjo desde un coche en marcha, cuyos ocupantes huyeron. Las autoridades no disponen de una descripción del vehículo de los atacantes.

Rivera, que fue separado del cargo por órdenes directas del presidente, Álvaro Colom, fue contratado inicialmente como asesor del ministro del Interior durante el Gobierno de Álvaro Arzú (1996-2000). Durante los Gobiernos siguientes, (Alfonso Portillo, 2000-2004, y Óscar Berger, 2004-2008) se quedó como consultor de dicha cartera. Pero su idoneidad fue cuestionada desde diversos sectores.

De acuerdo con la prensa local, Rivera siempre contó con el apoyo del poderoso sector empresarial. En declaraciones ofrecidas la última semana de marzo al matutino local El Periódico, el presidente de la patronal, Carlos Zúñiga, aseguró que "Rivera es una persona clave para resolver casos de secuestros y extorsiones, no sólo de empresarios sino también de ciudadanos comunes".

Pero sobre Rivera también pesaban sospechas de dirigir un grupo paralelo de poder, responsable de la eliminación de delincuentes peligrosos, extremo nunca comprobado pero que le valió el rechazo de grupos humanitarios.

Mario Polanco, director del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM, el equivalente guatemalteco de las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina), ha pedido en reiteradas ocasiones que "se investiguen" las supuestas acciones ilegales del experto en seguridad. En el seno mismo de la Policía, algunos oficiales que pidieron no revelar su identidad expresaron que, si bien el trabajo de Rivera era bueno, "tenía la tendencia a guardarse información que podía ser valiosa".