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Los Sin Techo brasileños invaden edificios de 15 ciudades para exigir al Gobierno una reforma urbana

El movimiento reclama que 5.000 edificios del Estado sean convertidos en viviendas

El movimiento de los Sin Techo de Brasil, en su mayoría militantes del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó el lunes una serie de invasiones de edificios en 15 ciudades de 14 Estados. En muchas de ellas, los manifestantes paralizaron el tráfico urbano, bloquearon las calles y protagonizaron diversos choques con la policía.

Las principales manifestaciones de protesta tuvieron lugar en Salvador de Bahía y Recife, donde 10.000 activistas cerraron las principales avenidas de ambas ciudades.

En algunos lugares, como en la ciudad de Teresina, en el Estado de Piauí, incluso intentaron invadir la sede de la Alcaldía y del Gobierno regional.

Se trata de la mayor acción de invasiones masivas realizadas hasta ahora por el movimiento de los Sin Techo, que el lunes celebraban el Día Nacional de la Reforma Urbana y contaron con la adhesión de varias asociaciones de origen social y popular.

Los líderes del movimiento pretenden conseguir una audiencia con el presidente Lula da Silva para plantearle 12 reivindicaciones concretas; entre ellas, piden que se destine a viviendas 5.000 edificios del Estado y 52 de la Red Ferroviaria Federal.

La secretaria nacional de Vivienda, perteneciente al Ministerio de las Ciudades, Inés da Silva Magalhães, reconoció ayer que su ministerio está de acuerdo con las reivindicaciones de los Sin Techo, pero que el Gobierno no ha podido aún satisfacerlas.

El viejo PT

Según Magalhães, las peticiones de este movimiento coinciden con las que planteaba antaño el PT. Lo que ocurre es que el viejo PT prácticamente no existe; ni siquiera es el mismo partido desde que llegó al poder con Lula, que ha mantenido una política económica de tintes neoliberales y de contención de las reivindicaciones de los movimientos sociales más agresivos.

Muchos de los activistas que protagonizaron las invasiones de edificios del lunes procedían de las favelas de las diferentes ciudades brasileñas.

Según datos oficiales del Ministerio de las Ciudades, faltan en el país ocho millones de viviendas. Y falta también una política clara de construcción de viviendas populares, lo que hace que crezcan alarmantemente las favelas, no sólo en las grandes urbes sino también en las pequeñas.

Esto conlleva un aumento de la violencia y la criminalidad, porque las favelas son los nidos preferidos por los traficantes de droga.

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