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Reportaje:

Combate chino en el centro de América

La reciente ruptura de Costa Rica con Taiwan dispara la ofensiva diplomática de Taipei y Pekín para conquistar aliados latinoamericanos

Rosita Li Lao se despidió del doctor Su y se permitió llorar. El último diplomático taiwanés salía de la Embajada en la capital costarricense, San José, y sólo quedaba sacar armarios de oficina y echar el candado al portón, como hizo el Gobierno de Costa Rica el mes pasado con los 63 años de relación diplomática entre Taipei y el país que le servía de abanderado en las numerosas luchas institucionales que la isla libra en el mundo para ser reconocida como Estado.

El pasado viernes, Wang Xiaoyuan, probable futuro embajador chino en Costa Rica, salió casi corriendo del hotel donde vive desde hace tres semanas para llegar a tiempo a una ceremonia oficial con el presidente del país centroamericano, Óscar Arias, que lanzaba un plan ecológico de alcance internacional y no podía dejar de contar con la presencia del representante de su nuevo aliado diplomático, la República Popular China.

Al día siguiente, la fotografía en los periódicos recogía la imagen de Wang saludando al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, invitado por Arias para la ocasión. ¿Coincidieron? Puede ser, pero Centroamérica acaba de ser testigo de un viraje diplomático costarricense posible de prever sólo para quien leyó señales como ese encuentro ocasional.

"Honduras mantiene la relación con Taiwan", dijo Zelaya después a la prensa, en unas declaraciones en las que también reconoció el interés de varios países centroamericanos por seguir el camino que abrió Costa Rica.

El tema hormiguea en una región que históricamente se ha alineado con Taiwan y, por tanto, ha debido reducir sus lazos con la China continental al plano comercial e informal.

El afán de Taiwan por mantener a sus aliados diplomáticos y el de China por arrinconar a su rival en la peor esquina del reconocimiento mundial ha llevado la lucha a este lado del mundo. Las visitas y ofrecimientos millonarios han cobrado vigencia en los pequeños países del centro de América, merced a la ofensiva diplomática que se activó después del 1 de junio, con el intempestivo viaje que Pekín pagó al canciller costarricense, Bruno Stagno, para que formalizara personalmente el lazo diplomático. Arias argumentó que su decisión está motivada por el más puro realismo.

Mientras la opinión pública costarricense todavía mastica la noticia y especula sobre la forma, los beneficios y los costes de la nueva alianza con el Gobierno de Hu Jintao, los vecinos del istmo y alguna islas del Caribe mantienen una reflexión que apenas logran disimular con la retórica de la diplomacia: China o Taiwan; el gran mercado o el amigo histórico; el comunismo decolorado o la imagen democrática; el gigante rico o la isla generosa.

Del desenlace de ese dilema depende que Taiwan pueda seguir contando con 24 países que aboguen por su causa ante organismos internacionales. La mitad de esos Estados están en el continente americano, agolpados en el istmo central y en el mar Caribe, además de Paraguay, en el Cono Sur. Varios de estos países fueron incluidos en la gira que realiza la vicepresidenta taiwanesa, Anette Hsiu-lien Lu, cargada de discurso anti Pekín y promesas de mayor cooperación para la región.

En Guatemala, por ejemplo, acertó a dar en su punto débil al ofrecer 7.200 millones de dólares como inversión de su país para establecer una refinería de petróleo. Pocos días antes, Wang Xiaoyuan aseguró que Costa Rica sería la sede de una planta de refinamiento de fuel si la oferta china es la ganadora en una concesión abierta dentro del plan de cooperación regional Puebla-Panamá, para abastecer a la región.

Guatemala, Honduras, República Dominicana y Paraguay han manifestado en estos días su fidelidad a Taiwan, pero otros países han sido menos enfáticos. Nicaragua, por ejemplo, es observada con atención, ya que el presidente, Daniel Ortega, tiene el antecedente de haber mantenido relaciones con Pekín durante su anterior mandato, en los años ochenta. Los expertos señalan como posible que en el nuevo edificio de la Cancillería, donado por Taiwan, se estén preparando para dar la bienvenida al gigante.

China también ha salido de expedición a América. Gu Xiulian, portavoz del Parlamento, estuvo el miércoles en Guyana y oyó lo que quería de parte del ministro de Exteriores, Rudy Insanally. "Creo que la gente está cada vez más persuadida de que hay una sola China", dijo el ministro en alusión a los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom).

China, aunque desconfía del efecto dominó que muchos predijeron cuando Costa Rica rompió con Taiwan, está lista para recibir más puntos a su favor. "La Embajada en Costa Rica será importante, porque está en un punto estratégico", aseguró Wang en una conferencia de prensa en San José, rodeado de unos siete colaboradores enviados directamente desde Pekín. El club de 169 países aliados de China tiene el contador abierto.

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