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Reportaje:

El rey ultrajado

Un suizo podría ser condenado a 75 años de prisión por pintarrajear varios carteles con la imagen del primer monarca de Tailandia

Oliver Rudolf Jufer, un suizo de 57 años, se ha atrevido a ultrajar una de las instituciones más sagradas de Tailandia: su monarquía. El pasado mes de diciembre fue detenido en la localidad de Chiang Mai mientras mancillaba con pintura negra varios carteles con el rostro del rey Bhumibol Adulyadej pegados en la calle con motivo de las celebraciones de conmemoracón de su 79 cumpleaños.

Insultar o criticar a la monarquía en este país asiático está considerado como una blasfemia y así lo recogen las leyes. Los tailandeses consideran al monarca casi como una “divinidad” y cualquiera que ose deshonrar su persona o su imagen corre el riesgo de acabar entre rejas. Oliver podría ser condenado a 75 años de prisión.

Solución diplomática

Este suizo, que reside desde hace varios años en Tailandia, se proclamó inocente tras su detención. Después, aconsejado por su abogado o por la embajada suiza, cambió su declaración y admitió su culpa alegando que se encontraba bajo los efectos del alcohol cuando se atrevió a pintarrajear la imagen de Adulyadej.

El juicio comenzó este lunes y Jufer, que llegaba a los juzgados con grilletes y junto a otros presos, se enfrenta a cinco delitos de “lesa majestad”, delito que la legislación castiga con penas que oscilan desde los tres a los 15 años de cárcel. Solamente la concesión de la indulgencia por parte del juez o una solución diplomática entre ambos países podría evitar su ingreso en prisión, algo de lo que las autoridades tailandesas no quieren ni oir hablar.

Silencio mediático

Su abogado admite -según la web de la BBC- que, “en el mejor de los casos, podríamos conseguir que el juez rebajara la pena hasta los siete años y medio”. El ostracismo mediático al que se ve sometido el caso (solamente un medio local se ha atrevido a informar del mismo) tampoco ayuda mucho aunque Oliver prefiere que sea así. “No se puede esperar nada bueno de los tailandeses cuando la monarquía está por medio”. De hecho, ha sido la policía la que ha “recomendado” a los medios de comunicación el “apagón” mediático entorno al caso.

Los tailandeses no suelen hablar mal de su rey en público. Casos como este son prácticamente inexistentes en el país y la ley que lo prohíbe podría parecer innecesaria porque nadie se atreve a vulnerarla. La salud del monarca no atraviesa un buen momento y su heredero no despierta las mismas simpatías entre sus súbditos que su padre. El problema -según la BBC- es que la monarquía tailandesa (protegida por las sucesivas constituciones del país) ha sido elevada por muchos al estatus de “salvador” de Tailandia.

Oliver Rudolf Jufer (en primer plano), a su llegada a los juzgados de Chiang Mai
Oliver Rudolf Jufer (en primer plano), a su llegada a los juzgados de Chiang MaiREUTERS

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