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La elección del nuevo presidente del Congreso brasileño provoca una escisión en la Coalición de Gobierno

La elección del nuevo presidente de la Cámara de Diputados de Brasil ha provocado el distanciamiento de tres de los partidos que apoyan al Ejecutivo de Luiz Inácio Lula da Silva, que han formado un grupo parlamentario separado de la coalición de Gobierno.

Con sólo 18 votos de diferencia (261 contra 243), el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia de la Cámara, Arlindo Chinaglia, superó la noche del jueves al candidato comunista y anterior presidente de la Cámara, Aldo Rebelo, a quien apoyaba Lula. El candidato de la oposición, Gustavo Fruet, obtuvo 98 votos en el primer turno.

Los analistas políticos han destacado este viernes que el triunfo de Chinaglia supone la vuelta al poder de la parte del PT más salpicada por los escándalos de corrupción. Chinaglia ha sido apoyado por todos aquellos parlamentarios que han sido juzgados por la Comisión de Ética de la Cámara, comenzando por el ex ministro José Dirceu, que perdió el cargo de diputado acusado de ser el organizador de una trama de sobornos a los diputados.

La gran sorpresa es que Chinaglia ha ganado en una segunda vuelta gracias a los votos de diputados de la principal formación de la oposición, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), algo que puede dividir al PT e irritar a su base social. Chinaglia había ofrecido al PSDB la vicepresidencia de la Cámara.

La elección del nuevo presidente ha tenido como primera consecuencia una fractura grave en la base de la coalición de Gobierno. Tres de los 11 partidos que sostienen al Gobierno han creado un grupo separado en la Cámara, aunque no han retirado su apoyo: el Partido Comunista (PS do B), el Partido Socialista (PSB) y el Partido Democrático Laborista (PDT en portugués).

Las tres formaciones, que apoyaron la candidatura del presidente saliente, el comunista Aldo Rebelo, consideraron que el PT prefirió los votos de los partidos de centroderecha y quisieron salvar su identidad de izquierda. Este viernes se comentaba que estos partidos podrían presentar una candidatura propia de izquierda en 2010, rompiendo así la coalición con el Gobierno de Lula.

Ése era el temor de Lula cuando el PT presentó la candidatura de Chinaglia, después de que el presidente ya había manifestado su apoyo a la de Rebelo, a quien consideraba con mayor capacidad de diálogo con la oposición que el representante de su partido. Lula intentó hasta el último momento presentar un sólo candidato de la coalición de Gobierno. No lo consiguió y sus temores de ruptura se han confirmado.

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