Lula da su apoyo a Chávez
La visita del presidente brasileño sirvió para inagurar un puente entre ambos países
Dos semanas después de ser reelegido, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dio ayer en Venezuela un espaldarazo electoral a su colega anfitrión, Hugo Chávez, que en diciembre también buscará continuar en el cargo. El espaldarazo del gobernante brasileño no estuvo exento de advertencias sobre lo que les espera a ambos en cuanto a las progresivas exigencias populares, que en caso de Chávez dependen de si gana su reelección el 3 de diciembre, como prevén las encuestas.
Chávez consideró un "honor" que el Lula reelegido escogiera a Venezuela como "el primer país que visita", y anunció que hará lo propio cuatro días después de las elecciones venezolanas. Lula añadió que por no ser venezolano no podía "fijar posición política" sobre los comicios en Venezuela, pero reforzó su espaldarazo a Chávez al afirmar que "aquí ocurre lo mismo que ocurre en Brasil" y que conocía "el tipo de críticas" contra su colega. Lula también manifestó que Chávez es víctima de campañas de una prensa al servicio de esas minorías que le atacan, "porque ha puesto en marcha políticas sociales a favor de los pobres", y aseguró que "jamás" se imaginó que también a él le sucedería lo mismo.
El espaldarazo de Lula a Chávez se dio en la inauguración, cerca de Ciudad Guayana, en el centro-este venezolano, en el estado Bolívar, fronterizo con los estados brasileños Roraima y Amazonas, de un segundo y gigantesco puente construido sobre el río Orinoco con dinero de ambos países, que mejorará las comunicaciones nacionales y con el norte de Brasil. Un tercer puente también sobre ese río, y asimismo levantado con capitales de las dos naciones, se espera que sea inaugurado como despedida de Lula de la Presidencia, dentro de cuatro años.
El acto estuvo colmado de "chavistas" vestidos de rojo que llegaron en centenares de autobuses oficiales estacionados lejos del lugar, lo que los obligó a caminar bajo un sol canicular, y que salieron al atardecer, poco antes de desatarse una torrencial lluvia. Tras los discursos bajo el puente, los gobernantes se trasladaron a otra ceremonia, a unos 300 kilómetros aguas arriba. Allí asistieron al proceso de certificación de reservas de la llamada Faja del Orinoco, que cuenta con 260.000 millones de barriles de crudos pesados, que junto con los 87.000 millones de crudos convencionales hacen de Venezuela el país con mayores reservas del mundo. Al final del día el presidente brasileño emprendió el viaje de regreso a su país.
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