El líder de Hezbolá amenaza a Israel con una "guerra abierta"
Israel bombardea la sede de Nasralá y los alrededores de la embajada de Irán en Beirut .- La reunión de la ONU concluye sin una decisión sobre un posible alto el fuego
El Ejército israelí continúa con sus ataques contra Líbano mientras la guerrilla libanesa de Hezbolá ha anunciado una "guerra abierta" contra Israel. La ofensiva para rescatar a dos soldados israelíes secuestrados ha causado ya 61 muertos del lado libanés y cuatro del israelí, mientras que la reunión del Consejo de Seguridad ha concluido sin que se haya exigido a Israel un alto el fuego como pedía Beirut.
El líder del grupo chií Hezbolá, Hassan Nasraláá, ha anunciado esta tarde una "guerra abierta" contra Israel y ha prometido bombardear todos los objetivos a su alcance, "sea Haifa u otras [ciudades]". A lo largo del día, Israel ha recrudecido sus ataques a infraestructuras en Líbano al bombardear la carretera que une Beirut con Damasco, una central eléctrica y varias reservas de combustible, además del feudo de Hezbolá en los suburbios del sur de la capital libanesa y las inmediaciones de la embajada iraní.
Nasralá, en un mensaje transmitido por la televisión de Hezbolá, ha condenado enérgicamente los ataques israelíes contra Líbano, y ha reiterado, dirigiéndose al pueblo israelí, que los libaneses "no seremos los únicos que pagan el precio, vosotros también lo pagaréis".
Condiciones
El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, a pesar del recrudecimiento de los ataques del Ejército israelí, se ha mostrado esta tarde dispuesto a poner fin a la ofensiva militar contra el país vecino siempre que se cumplan tres condiciones: la liberación de sus dos soldados secuestrados, que cese el lanzamiento de misiles contra su territorio y la aplicación de una resolución de la ONU que insta al desarme a Hezbolá.
Así se lo ha transmitido Olmert al secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien a su vez ha informado al primer ministro israelí del próximo envío a la región de una delegación de la ONU. La resolución prevé el desarme de la milicia y el despliegue del Ejército libanés en el sur.
La gravedad de la crisis ha llevado al Consejo de Seguridad a reunirse de urgencia a petición de Beirut, que pide su intervención para que exija el cese inmediato de las agresiones. La reunión ha terminado sin que se haya tomado alguna decisión sobre el alto el fuego.
"Mero brazo de Teherán"
Israel bombardea desde el miércoles las infraestructuras libanesas y ha causado al menos 61 muertos en respuesta a la captura, ese mismo día, de dos soldados israelíes por Hezbolá y la muerte de otros ocho militares en enfrentamientos en la frontera. En Israel, dos mujeres han muerto por cohetes lanzados por Hezbolá, que esta mañana ha reanudado el disparo de los katyushas contra el norte del país.
Hasta el momento las fuerzas aéreas israelíes han disparado contra más de un centenar de objetivos en el Líbano y esta madrugada han atacado la sede del mando de Hezbolá en el barrio chíi de los suburbios al sur de Beirut. Allí se encuentra la residencia del máximo dirigente de la milicia, Hassan Nasralá. Él y su familia han sido amenazados hoy por el Ejército israelí en caso de que Hezbolá dispare misiles de largo alcance contra Israel. En estos ataques ha resultado alcanzada la radio de la milicia, Al Nour, que a pesar de todo continúa emitiendo.
Fuentes del Ejército y del Ministerio israelí de Exteriores dicen tener indicios de que Hezbolá quiere llevarse a los soldados a Irán, ya que el grupo libanés "es un mero brazo del régimen de Teherán". Irán, sin embargo, ha desmentido esa posibilidad y su presidente, Mahmud Ahmadineyad, ha advertido a Israel de que un posible ataque contra Siria será considerado "una agresión contra todo el mundo islámico".
Centenares de libaneses buscan regresar a su país
Centenares de libaneses tratan de regresar desde Damasco a su país -cuyas comunicaciones por tierra y aire están cortadas a causa de los ataques israelíes- a bordo de algún vehículo público o privado.
Muchos de ellos se concentran en el aeropuerto de la capital siria, desde donde tratar de conseguir un vehículo con destino a Beirut por carretera ya que todos los vuelos a la capital libanesa han sido cancelados.
La mayoría de los libaneses terminan dirigiéndose a la estación Baramke, en el centro de Damasco, de donde salen los autobuses de línea con destino a Líbano y Jordania.
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