El número de emigrantes latinoamericanos asciende a 25 millones, según la Cepal
Un informe dice que España se ha convertido en el segundo destino, después de EE UU
El número de emigrantes de Latinoamérica creció en cinco millones entre 2000 y 2005 y ya supera los 25 millones, según un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), difundido ayer.
El organismo destaca, además, que México, el Caribe y Colombia son los países con una mayor cantidad de ciudadanos residiendo fuera de sus fronteras, aunque precisa que la emigración de Latinoamérica y el Caribe se ha diversificado y a partir de los años noventa se dirige también a Europa —en particular a España—, Canadá y Japón.
España, con 1,2 millones de latinoamericanos en 2004, ha pasado a ser el segundo destino de la emigración latinoamericana, después de EE UU. El documento indica que, tanto en el caso de los mexicanos como en el de los colombianos, la emigración supera el millón de personas, al igual que en la Comunidad del Caribe. Estas cifras surgen del informe sobre Migración internacional, derechos humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe, presentado en el 31º periodo de sesiones de la Cepal, que se celebra en Montevideo.
En varios países caribeños, más del 20% de la población se encuentra en el exterior, mientras que en América Latina los porcentajes más altos corresponden a El Salvador (14,5%), Nicaragua (9,6%), México (9,4%), República Dominicana (9,3%), Cuba (8,7%) y Uruguay (8,3%).
Nueve países de América Latina y el Caribe (Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Perú y República Dominicana) tienen más de medio millón de emigrantes.
Estados Unidos sigue siendo el destino preferido para los emigrantes: en 2004, según los últimos datos disponibles, 18 millones provenían de países de Latinoamérica y el Caribe. Ese número, junto a sus descendientes nacidos en tierras estadounidenses, los convierten en la primera minoría étnica del país.
El informe destaca los "fuertes lazos" que los emigrantes mantienen con sus países y afirma que "casi la mitad" de ellos viven indocumentados.
El informe revela también un gran crecimiento de las remesas de dinero que envían los emigrantes a sus países de origen, hasta el punto de se han convertido "en una de las principales fuentes de financiación externa para la región". Brasil, Colombia y México concentran más del 60% de las remesas que llegan a la región y otro 20% va dirigido a El Salvador, Guatemala y República Dominicana.
Las remesas reflejan la vinculación de los trabajadores emigrantes, y tienen un gran impacto en las economías nacionales. Para países de economía débil, como Haití, las remesas de los emigrantes significan el 24% del producto interior bruto (PIB); para Nicaragua, el 11%, y para Honduras, el 10%. Sin embargo, el impacto es igualmente importante en países con economías más desarrolladas como El Salvador (14%) o República Dominicana (10%).
El informe destaca que, además de la emigración hacia otras zonas, también la hay intrarregional y señala a Argentina, Costa Rica y Venezuela como los principales destinos para los emigrantes regionales, que se calculan en tres millones de personas.
La Cepal afirma que la búsqueda de nuevos horizontes puede ser una salida al desempleo y la falta de oportunidades en el país de origen, "pero acarrea crecientes riesgos y vulnerabilidad". Los derechos humanos de muchos emigrantes, ya sea a lo largo de sus travesías, durante su inserción en la sociedades de destino o durante el proceso de repatriación, "suelen ser vulnerados de manera alarmante", señala el estudio.
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