Legislativas en Colombia, la llave para la reelección de Uribe

Más de 26 millones de colombianos están llamados a votar el 12 de marzo en unas elecciones legislativas con nuevas reglas de juego. Por primera vez en la historia de este país, un presidente en ejercicio opta a ser reelegido. La Constitución prohibía la reelección presidencial, pero Álvaro Uribe la introdujo gracias a una enmienda que aprobó el Congreso en noviembre de 2004 y que fue posteriormente avalada por la Corte Constitucional. En las presidenciales, que se celebrarán el próximo 28 de mayo, el mandatario tendrá como rivales a los candidatos oficiales que resulten elegidos este domingo. Hay 274 escaños en juego, 172 en la Cámara de Diputados y 102 en el Senado. Cada uno de ellos importa, puesto que el resultado es vital para garantizar la gobernabilidad en un posible segundo período del presidente.

Los comicios han estado precedidos por una campaña electoral llena de sobresaltos, acusaciones cruzadas y actos violentos que han conseguido socavar la popularidad del presidente. Éste, aunque sigue encabezando las encuestas, ha visto reducido su respaldo popular del 65,2% al 48,6% en los dos últimos meses, según los últimos sondeos. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal guerrilla del país, han llevado a cabo en este tiempo una campaña de sabotajes, asesinatos y atentados que incluye la explosión de una casa bomba el pasado domingo, en la que murieron cuatro personas. A esto se unen decenas de denuncias de infiltraciones de narcotraficantes y paramilitares en muchas de las 59 listas electorales, hasta el punto de que algunos anunciaron expulsiones de sospechosos.

Precisamente, la cuestionada negociación de paz supuestamente mantenida por Uribe con los paramilitares, acusados de masacrar a miles de civiles y de intimidar para influir en el voto, ha sido uno de los principales argumentos esgrimidos por la oposición contra el actual presidente. Todo ello ha erosionado las principales bazas con las que contaba Uribe, considerado el principal aliado de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo. A ello hay que sumar la mala nota del mandatario en materia social: pobreza, desempleo y salarios bajos son las principales quejas.

Una encuesta realizada por la empresa Datexco y publicada el pasado fin de semana por el diario Tiempo revela que los siete partidos que apoyan a Uribe, entre ellos el Partido Conservador, obtendrían el 48,7% de los sufragios para el Senado, con lo que se aseguran la mayoría en esa Cámara, pero no de la forma holgada de la que venía disfrutando hasta ahora. Su principal rival, el Partido Liberal, lograría el 33,2% de la votación al Senado. La izquierda, por su parte, acude por primera vez en su historia unida a las urnas y lo hace bajo la coalición Polo Democrático Alternativo. Junto con esta formación, los liberales obtendrían casi el 40% de los votos del Senado.

El principal precandidato liberal es Horacio Serpa Uribe, quien ya ha perdido dos comicios presidenciales consecutivos. Las preferencias dentro del Polo Democrático se las disputan Antonio Navarro Wolf y el ex magistrado de la Corte Constitucional Carlos Gaviria. Por otro lado está Antanas Mockus, matemático y filósofo que ha sido dos veces alcalde de Bogotá y que será candidato independiente. La competencia personal entre ellos, por encima de la competencia entre partidos, ha sido la tónica dominante en la campaña, debido, entre otras cosas, a la inclusión de nuevas reglas de juego como listas únicas por partido, aunque con voto preferente por uno de los candidatos que en ellas aparecen.

Seguridad durante el proceso

La ONU ha pedido a los gobernantes que garanticen el derecho al voto de los colombianos. Las autoridades militares y policiales han puesto en marcha el Plan Democracia para garantizar que los electores puedan acudir a las 75.147 mesas de votación dispuestas en 1.0098 municipios. Para ello, unos 370.000 miembros de todas las instituciones armadas permanecen en estado de alerta. Por su parte, la segunda guerrilla del país, el ELN, declaró la semana pasada una tregua de cara al proceso electoral, a lo que se suma la entrega hace unos días de 70 guerrilleros de las FARC.

Desde el viernes anterior a las elecciones rige la llamada ley seca, al prohibirse la venta de bebidas alcohólicas, como también queda prohibida la tenencia de armas en los días previos y posteriores a las elecciones. En casos extremos, según un decreto de medidas especiales, los alcaldes y gobernadores podrán declarar el toque de queda en sus jurisdicciones si lo consideran "necesario".