El 'comandante' paramilitar más veterano de Colombia entrega sus armas
Ramón Isaza, 'El Viejo', renuncia a la lucha armada en un acto celebrado en el Magdalena Medio
Ramón Isaza, el más viejo de los jefes paramilitares colombianos y desde hace un año comandante general de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), ha dejado las armas que le acompañaron durante más de 28 años en su guerra contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Isaza, un campesino de 86 años, ha dicho no arrepentirse de nada de lo hecho en ese tiempo y ha prometido no volver a las armas durante el acto de desmovilización, celebrado en un pequeño caserío de Puerto Triunfo, en la rica y central zona del Magdalena Medio. Un millar de sus hombres —entre ellos, dos de sus hijos— han entregado un total de 750 armas, municiones y 15 vehículos.
En ese mismo lugar, en febrero de 1978, cuando era un campesino al que le gustaba alegrar las fiestas con su guitarra, comenzó su tarea de acabar con la guerrilla más antigua del país. Un día le avisaron de que los rebeldes de las FARC venían a buscarlo; organizó a ocho muchachos, les dio escopetas y emboscó al enemigo. Se unió así a las nacientes Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, germen del fenómeno paramilitar aliado al narcotráfico, que más tarde se extendió por todo el país.
Los narcos reorganizaron las autodefensas, las equiparon y entrenaron con mercenarios británicos e israelíes y las conviertieron en una máquina monstruosa de exterminio de guerrilleros y simpatizantes, de líderes populares y sociales y de funcionarios judiciales. A comienzos de los años ochenta, los cádaveres bajaban por el río Magdalena —cruza el país de sur a norte— sin que nadie se atreviera a recogerlos. "No somos los más santos, hemos cometido errores, aunque no con una dimensión tan grande como otros bloques ", acepta El Viejo, como llaman a Isaza. A muchos los mataron simplemente por sospechar que eran de las FARC.
Causas abiertas
Ramón Isaza tiene abiertos varios procesos en la fiscalía colombiana, entre otros por robo de gasolina y desapariciones, como la de 17 campesinos de Carmen de Viboral —uno de los 21 municipios de cuatro departamentos controlados por este bloque paramilitar—. Los familiares de los desaparecidos esperan que Isaza les diga por fín dónde buscar los restos de sus seres queridos.
Para Estados Unidos, el hoy ex comandante paramilitar es un narcotraficante. Él lo niega. Dice que fue un error aceptar ser comandante general de las AUC, porque algunos de sus comandantes "trabajaron con el narcotráfico". "No conozco de qué color es la coca", ha dicho varias veces a la prensa.
Isaza, que libró una guerra de tres años contra Pablo Escobar —el capo de capos muerto en diciembre de 1993— por el control de Puerto Triunfo, asegura que no le importa cumplir una pena de cárcel siempre y cuando sea en una granja agrícola, preferiblemente en su región. "Aquí nos vieron nacer y aquí nos verán morir ", ha confesado a los periodistas.
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