EE UU da luz verde a la construcción de un muro en la frontera con México
La Cámara Baja aprueba medidas duras contra la inmigración ilegal
La Cámara Baja aprobó con el apoyo mayoritario de los republicanos un proyecto de ley que incluye algunas de las medidas más duras contra la inmigración ilegal sopesadas por el Congreso en décadas. El proyecto de ley, que prevé la construcción de una valla en la frontera con México, fue aprobado la noche del viernes por 239 votos a favor y 182 en contra gracias al sí de la gran mayoría de los republicanos y de una treintena de demócratas.
El ministerio de Relaciones Exteriores de México consideró que "una reforma que sólo contemple el tema de la seguridad, no contribuirá a un mejor manejo bilateral e integral del fenómeno migratorio".
La propuesta de la Cámara convierte en un delito la entrada ilegal en el país, por lo que los inmigrantes podrían ser condenados a penas de cárcel, en lugar de ser simplemente deportados.
También obliga a los patronos a verificar el estatus migratorio de sus empleados y eleva las multas para los que contraten a trabajadores indocumentados.
Sin embargo, no incluye una enmienda que hubiera negado la nacionalidad estadounidense a los niños nacidos en EE UU de padres inmigrantes ilegales.
A pesar de que los empresarios de EE UU —que son una parte muy importante de la base política de los conservadores— se oponen mayoritariamente a las sanciones, Thomas Tancredo, uno de los republicanos que más ha promovido la mano dura contra los inmigrantes, las defendió como una forma de eliminar la atracción de los trabajos. "La gente volverá a sus casas y volverán por millones", señaló el representante de Colorado. "Y los que no se vayan, los deportaremos".
Por su parte, Sylvestre Reyes, un legislador demócrata que trabajó más de 26 años en la Patrulla Fronteriza, replicó en el pleno de la Cámara que el proyecto de ley "traiciona a nuestra herencia como nación de inmigrantes".
Para que entre en vigor el proyecto deberá ser armonizado con el que emerja del Senado, cuya versión se prevé que aborde el problema de la inmigración de manera más amplia, sin restringirse a la penalización de los trabajadores indocumentados.
La votación del viernes puso fin a dos días de intensos debates en los que el obstáculo principal para los líderes republicanos no fue la oposición, sino lograr que los propios miembros de su partido se pusiesen de acuerdo entre ellos sobre lo que debía incluirse o no en el proyecto de ley.
La migración continuará
La eventual construcción de varios muros en la frontera EE UU-México sólo haría más peligroso el cruce de decenas de miles de indocumentados pero no detendrá el flujo migratorio, planteó ayer un asesor de un grupo de ex braceros.
"Eso no va detener la migración mexicana. Peligrarán más las vidas pero la filtración va a seguir", dijo José Puente, asesor político de BraceroProa, organización que agrupa a ex braceros mexicanos.
A EE UU tampoco le conviene que pare ese flujo migratorio, pues "saben que necesitan esa mano de obra barata", dijo Puente, cuyo grupo surgió para demandar al Gobierno mexicano el pago de un fondo de ahorro creado para los braceros entre 1942 y 1946.
"Si mucho les interesara resolver esa situación antes salvarían la de las drogas. Si no acaban con filtración de la droga, no van a acabar con la migración de fuerza de trabajo necesaria para la economía agrícola de Estados Unidos", agregó Puente.
Por otra parte, los mexicanos van a seguir buscando alcanzar la frontera norte ante la escasa oferta de empleo en el país, afirmó el asesor de BraceroProa, que dice aglutinar a 70.000 personas. Puente opinó que el problema migratorio va a generar una crisis social "que va a llevar a un cambio de sistema de Gobierno".
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