Imputado por terrorismo un detenido tras el 11-S al que se acusó de planear un ataque radiactivo
El fiscal no ha incluido entre las acusaciones aquella por la que fue detenido Padilla
José Padilla ya sabe, después de pasar tres años en un recinto militar de Carolina del Sur, de qué se le acusa. Este ciudadano estadounidense de origen puertorriqueño protagonizó pocos meses después del 11-S uno de los titulares más alarmistas que se recuerdan: había sido detenido por preparar un atentado con una bomba sucia contra una gran ciudad, probablemente Washington. Hoy el fiscal ha presentado por fin cargos contra el sospechoso, al que acusa de conspiración para el asesinato y colaboración terrorista. Pero nada se dice sobre el supuesto ataque radiactivo.
El escrito, difundido por un gran jurado federal de Miami, imputa a Padilla y a otros cuatro sospechosos en una célula de apoyo al terrorismo que "enviaba dinero, proporcionaba asistencia y reclutaba muyaidines para conflictos en el extranjero con el propósito de participar en una violenta yihad". El sospechoso, converso al Islam y rebautizado como Abdulá Al-Mujahir, fue detenido en el aeropuerto de Chicago el 8 de mayo de 2002 cuando regresaba de Pakistán y Afganistán y confinado desde entonces en solitario en la citada base.
Su arresto fue sonado. En su día el entonces fiscal general, John Ashcroft, interrumpió una visita oficial a Rusia para anunciar a desde Moscú, por televisión y en directo, la detención de Padilla, que entonces contaba 31 años. Ashcroft sugirió que Abu Zubaydá, ex jefe de operaciones de Al Qaeda detenido por la CIA e interrogado durante semanas, le había delatado. Ya el 9 de junio de 2002 el presidente de EE UU, George W. Bush calificó al hoy imputado como "combatiente enemigo".
El actual fiscal general, Alberto González, ha precisado hoy que el acta de inculpación indica que Padilla viajó al extranjero para entrenarse como terrorista para combatir en la yihad. Los abogados de Padilla habían presentado un recurso sobre su prolongada ante la Corte Suprema. Ahora se enfrenta a acusaciones que podrían mantenerle entre rejas de por vida.
Converso al Islam
Padilla nació en Brooklin (Nueva York) en 1971 y a los cuatro años se trasladó con su familia a Chicago. Allí se integró una de las pandillas mafiosas de la ciudad. Hata 1991 pasó temporadas en la cárcel, donde se convirtió al Islam. Durante un viaje a Egipto en 1998 cambió su nombre por el de DespuA Abdullah al-Muhajir. El Gobierno de EE UU asegura que fue reclutado para el terrorismo internacional por un ciudadano yemení durante una peregrinación a La Meca. Después, siempre según fuentes oficiales de EE UU, se entrenó en un campo terrorista de Al Qaeda en Afganistán.
Un bomba nuclear sucia no es sino un artefacto convencional recubierto con sustancias radiactivas que se dispersarían en el aire tras la explosión. Los expertos dudan, sin embargo, de que un ingenio de estas características lograra contaminar realmente un espacio mayor del que resultaría destrozado por el estallido. Su efecto, pues, sería más psicológico que físico.
Condenado por tratar de matar a Bush
Ahmed Abu Ali, un joven estadounidense de 24 años y origen árabe, ha sido acusado hoy por un juez federal de formar parte de la red terrorista Al Qaeda y de tramar un complot para asesinar al presidente de EEUU, George W. Bush. El jurado ha desestimado la afirmación de Abu Ali de que las autoridades saudíes lo torturaron para extraer una falsa confesión. El reo se enfrenta ahora a una pena máxima de cadena perpetua.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.