Una treintena de detenidos en la novena noche de disturbios en Francia
Bandas organizadas de jóvenes queman coches en la región parisiense por novena noche consecutiva
Por novena noche consecutiva, barrios de las afueras de París y de otras regiones de Francia son escenario de violencia. Mientras, el primer ministro, Dominique de Villepin, ha recibido a varios jóvenes de zonas urbanas difíciles en busca de una solución a la crisis.
Un total de 85 vehículos han sido quemados en las primeras horas de la noche y el número de detenidos ronda los treinta, según fuentes policiales. La octava noche de disturbios se saldó con 78 detenidos, siete heridos y 519 vehículos quemados.
Los disturbios no se han limitado a tres departamentos de las afueras de París, sino que, al igual que la noche pasada, ha habido incidentes en otras regiones del país. Así, en Rouen (noroeste), un grupo de jóvenes ha incendidado un autobús. Su conductor y los pasajeros pudieron salir sanos y salvos antes de que el vehículo fuera destruido por las llamas. En Seine-Saint-Denis, casi la mitad de las líneas de autobús dejaron de circular a última hora de la tarde como medida de precaución.
Además, la policía ha comprobado que pequeños grupos de jóvenes se desplazan con mucha rapidez para cometer actos
vandálicos y sin buscar el enfrentamiento con las fuerzas del orden.
El jefe del Gobierno conservador francés, que multiplica las
reuniones en busca de una solución para atajar la crisis, recibió a última hora de la tarde en la sede del Gobierno a 16 jóvenes de barrios difíciles. A la salida, varios se felicitaron de la iniciativa de Villepin, que "realmente" trata de buscar soluciones. Sin embargo, dijeron que les habían "chocado" los términos empleados por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, quien ha hablado de "chusma" y
de "limpiar [los barrios] con mangueras de presión".
La izquierda ha pedido la dimisión de Sarkozy, al que acusa de "pirómano" y provocador. Villepin quiere "un diálogo" basado en el "respeto de todos" para encontrar "soluciones". Pero insiste en que frente a esta "violencia inaceptable", la prioridad es "el restablecimiento del orden público". 30 alcaldes de ciudades del departamento de Seine-Saint-Denis (en la región parisiense) han hecho un llamamiento a la calma. "Tienen que cesar los actos de vandalismo para que se instale el diálogo", ha dicho un primer edil del UMP, el partido conservador en el poder.
Problema de 30 años
Sarkozy ha admitido que el problema tardará tiempo en resolverse -"Soy consciente de que la resolución de estos problemas, que llevan latentes 30 años, llevará tiempo".
La ola de disturbios empezó hace una semana en Clichy-sous-Bois (Seine-Saint-Denis), donde dos adolescentes murieron electrocutados al entrar en un transformador. En contra de lo que se dijo, la investigación ha concluido que no estaban siendo perseguidos por la policía. Desde entonces, la violencia se ha extendido por toda la región de París y anoche llegó a otras ciudades como Dijon (centro-este de Francia), Seine-Maritime (oeste) y Bouches-du-Rhône (sureste).
Los alborotadores, que actúan en pequeños grupos y de forma dispersa, confirmaron anoche su voluntad de destruir no sólo intereses privados sino también símbolos del Estado.
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