La UE no denunciará el programa nuclear iraní ante el Consejo de Seguridad de la ONU
Irán amenaza con retomar el enriquecimiento de uranio si el OIEA aprueba la resolución europea
La Unión Europea no denunciará, de momento, a Irán ante el Consejo de Seguridad de la ONU por su controvertido programa nuclear. Los países europeos presentes en la reunión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) han presentado un borrador de resolución en el que condenan las actividades nucleares de Teherán, pero evitan elevar su queja al Consejo de Seguridad para que tome cartas en el asunto, según han informado fuentes diplomáticas. La resolución debe ser votada por la Junta de Gobernadores del Organismo, que se encuentra reunida en Viena.
Se trata de un paso atrás de la UE en su litigio por el programa nuclear iraní, en aras de poder proseguir con las negociaciones con las autoridades iraníes. Antes de la reunión, se manejaban dos opciones: la de denunciar a Irán ante en Consejo de Seguridad para que estudiara sanciones y forzar a Teherán a un arreglo; o la de no denunciar y confiar en que el paso pudiera relanzar las conversaciones para un acuerdo.
No obstante, la resolución sigue siendo dura, ya que "menciona las numerosas infracciones y violaciones de sus obligaciones por parte de Irán" en cuanto a las garantías de su programa, lo que constituye, a juicio de los europeos, "no respetar" el Tratado de No Proliferación nuclear, según han informado las fuentes diplomáticas. No obstante, no recurre al Consejo de Seguridad de momento, aunque demanda al director de la OIEA, Mohamed El Baradei, que informe a la Junta de Gobernadores para que decida las acciones a seguir.
Irán ha reaccionado airadamente al conocer laz resolución europea y ha amenazado con reanudar su programa de enriquecimiento de uranio en caso de que apruebe. Asimismo, los iraníes amenazan con suspender su compromiso de cumplir el llamado Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), que permite inspecciones sin aviso previo en su país.
La resolución de los once países europeos en la Junta, apoyados por Estados Unidos y una decena de países pero rechazada por Rusia, China y numerosos países emergentes, será probablemente votada mañana, han dicho las fuentes diplomáticas presentes en la reunión del organismo en Viena. Para su aprobación, el texto requiere una mayoría simple entre los 35 países miembros de la Junta de Gobernadores del OIEA y se calcula que cuenta con el apoyo de entre 20 y 22 países.
En la sesión de ayer, que concluyó a media mañana para continuar esta tarde, Francia, Alemania y Gran Bretaña (U3) se postularon a favor de la no intervención del Consejo de Seguridad de la ONU, órgano sancionador, en la crisis desatada en torno al programa de enriquecimiento de uranio iraní. La UE, que hasta ayer tenía pensado optar por lo contrario -es decir por recurrir al Consejo de Seguridad-, cambió de postura "por no crear divisiones" en el seno del Ejecutivo del OIEA, en el que los países alineados reiteraron que el acceso libre a la energía nuclear con fines civiles es un "derecho inalienable" de todo Estado. Además, la UE no contaba con el apoyo de China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad (son miembros permanentes de este órgano los primeros cinco países que se dotaron de la bomba atómica).
El régimen de los ayatolás alega que sus actividades nucleares tiene fines civiles -la generación de energía- y que por lo tanto son un "derecho inalienable" de cualquier país, que contempla el Tratado de No Proliferación nuclear (TNP). Sin embargo, el temor a que Teherán se haga con una bomba atómica ha llevado a la Unión Europea a negociar una suspensión total de las centrales nucleares a cambio de cooperación económica y técnica. La oferta fue rechazada por Irán con indignación. Por su parte, Teherán había advertido de que interpretaría como una "confrontación" la eventual adopción de una resolución en la que se pidiese la intervención del Consejo de Seguridad en el contencioso nuclear, según declaraba hoy Javad Vaidi, responsable adjunto del Consejo de la seguridad nacional iraní.
Intereses económicos y políticos
No obstante, en caso de que el problema sea elevado al Consejo de Seguridad, no está claro que se llegue a un acuerdo para sancionar a Irán. Dos de sus cinco miembros permanentes, China y Rusia (el resto son EE UU, Francia y Reino Unido) ya han manifestado su oposición a que intervenga el máximo órgano de la ONU. Detrás de estas posturas tan distintas a las de Occidente se esconden enormes intereses. China mantiene su decisión firme de no recurrir al Consejo de Seguridad y confía en una solución pacífica y dialogada. La misma actitud ha tomado con la crisis nuclear de Corea del Norte, que ha seguido un proceso parecido.
Según los analistas, para el gigante asiático es ante todo una cuestión de principios: quiere evitar a toda costa que la ONU acabe un día metiéndose en los asuntos internos chinos, especialmente en el conflicto nuclear norcoreano, en el que está desempeñando el papel de modélico mediador. No obstante, en el problema iraní entra en juego un interés añadido: el petróleo. Ésta es una razón más, y muy importante, por la que Pekín quiere mantener excelentes buenas relaciones con Teherán. Suspendidos sus contratos petrolíferos con el Irak de Sadam Husein, Irán es ahora el blanco favorito de las compañías petrolíferas chinas.
Asimismo, según explicó Michael Schwartz, experto en la materia, a France Presse, China también mantiene negocios de tecnología nuclear con Irán. Rusia se mueve en terrenos similares. Por una parte, es una cuestión de orgullo: quiere aprovechar el conflicto para demostrar a la comunidad internacional que no es un país que se "deja mandar" por EE UU. Por otra, hay mucho dinero en juego. Los analistas recuerdan que la construcción de la central de Buchehr, en el sur de Irán, reportará a Moscú al menos 800 millones de dólares, sin contar el futuro suministro de combustible y otros contratos similares que podrían tener lugar.
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